Al llegar a este punto, el rey le dijo a la mujer: ―Voy a hacerte una pregunta, y te pido que no me ocultes nada. ―Dime, mi señor y rey.
Jeremías 38:14 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 El rey Sedequías mandó que llevaran a Jeremías a la tercera entrada de la casa del Señor, y allí le dijo: ―Te voy a preguntar algo, y por favor no me ocultes nada. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Después envió el rey Sedequías, e hizo traer al profeta Jeremías a su presencia, en la tercera entrada de la casa de Jehová. Y dijo el rey a Jeremías: Te haré una pregunta; no me encubras ninguna cosa. Biblia Nueva Traducción Viviente Cierto día, el rey Sedequías mandó llamar a Jeremías e hizo que lo llevaran a la tercera entrada del templo del Señor. —Quiero preguntarte algo —le dijo el rey—. Y no intentes ocultar la verdad. Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces, Sedecías mandó a buscar a Jeremías y lo hizo venir donde él estaba, a la tercera entrada de la Casa de Yavé. Y le dijo: 'No me ocultes nada de lo que te voy a preguntar. La Biblia Textual 3a Edicion Después el rey Sedequías hizo traer al profeta Jeremías ante su presencia, en la tercera entrada de la Casa de YHVH. Y el rey dijo a Jeremías: Te haré una pregunta. No me encubras cosa alguna. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El rey Sedecías mandó traer ante sí al profeta Jeremías a la tercera entrada del templo de Yahveh, y el rey dijo a Jeremías: 'Te voy a hacer una pregunta, no me ocultes nada'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Después envió el rey Sedequías, e hizo traer a sí al profeta Jeremías a la tercera entrada que estaba en la casa de Jehová. Y dijo el rey a Jeremías: Voy a preguntarte algo, no me ocultes nada. |
Al llegar a este punto, el rey le dijo a la mujer: ―Voy a hacerte una pregunta, y te pido que no me ocultes nada. ―Dime, mi señor y rey.
El rey le reconvino: ―¿Cuántas veces debo hacerte jurar que no me digas nada más que la verdad en el nombre del Señor?
y, por deferencia al rey de Asiria, quitó del templo del Señor el techado que se había construido allí para celebrar los sábados, así como la entrada exterior para el rey.
El rey le reconvino: ―¿Cuántas veces debo hacerte jurar que no me digas nada más que la verdad en el nombre del Señor?
El Señor dijo: «De veras te libraré para bien; haré que el enemigo te suplique en tiempos de calamidad y de angustia.
El rey Sedequías mandó que trajeran a Jeremías al palacio, y allí le preguntó en secreto: ―¿Has recibido alguna palabra del Señor? ―Sí —respondió Jeremías—, serás entregado en manos del rey de Babilonia.
Cometisteis un error fatal cuando me enviasteis al Señor, vuestro Dios, y me dijisteis: “Ruega al Señor, nuestro Dios, por nosotros, y comunícanos todo lo que él te diga, para que lo cumplamos”.