En ese momento me desperté, y abrí los ojos. Había tenido un sueño agradable.
En esto me desperté, y vi, y mi sueño me fue agradable.
Al oír esto, me desperté y miré a mi alrededor. Mi sueño había sido muy dulce.
Entonces fue cuando me desperté, y vi que mi sueño había sido muy bueno.
(Desperté y miré, y había sido dulce mi sueño).
En esto me desperté y miré: había sido un sueño agradable.
En esto me desperté, y vi, y mi sueño me fue delicioso.
Al despertar Jacob de su sueño, pensó: «En realidad, el Señor está en este lugar, y yo no me había dado cuenta».
En vano madrugáis, y os acostáis muy tarde, para comer un pan de fatigas, porque Dios concede el sueño a sus amados.
Pero yo en justicia contemplaré tu rostro; me bastará con verte cuando despierte.
Al acostarte, no tendrás temor alguno; te acostarás y dormirás tranquilo.