Las naciones y las ciudades se destrozaban unas a otras, porque Dios las castigaba con toda clase de calamidades.
Jeremías 25:32 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Así dice el Señor Todopoderoso: «La calamidad se extiende de nación en nación; una terrible tempestad se desata desde los confines de la tierra». Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: He aquí que el mal irá de nación en nación, y grande tempestad se levantará de los fines de la tierra. Biblia Nueva Traducción Viviente Esto dice el Señor de los Ejércitos Celestiales: «¡Miren! ¡Nación tras nación sufrirá calamidades! ¡Se está levantando un gran torbellino de furia desde los rincones más distantes de la tierra!». Biblia Católica (Latinoamericana) Y añade Yavé: La catástrofe se extiende de nación en nación, y una tempestad inmensa estalla desde los confines de la tierra. La Biblia Textual 3a Edicion Así dice YHVH Sebaot: Mira, la calamidad pasa de nación en nación: Un gran huracán se levanta de la parte más remota de la tierra. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Así dice Yahveh Sebaot: 'Mirad que una catástrofe se propaga de nación en nación, y un gran huracán se levanta desde los confines de la tierra'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Así dice Jehová de los ejércitos: He aquí que el mal irá de nación en nación, y grande tempestad se levantará de los confines de la tierra. |
Las naciones y las ciudades se destrozaban unas a otras, porque Dios las castigaba con toda clase de calamidades.
El Señor hará oír su majestuosa voz, y descargará su brazo: con rugiente ira y llama de fuego consumidor, con aguacero, tormenta y granizo.
El Señor está enojado con todas las naciones, airado con todos sus ejércitos. Él los ha destruido por completo, los ha entregado a la matanza.
Sus flechas son puntiagudas, tensos todos sus arcos; parecen pedernal los cascos de sus caballos, y torbellino las ruedas de sus carros.
»Yo, por causa de sus acciones y sus ideas, estoy a punto de reunir a gente de toda nación y lengua; vendrán y verán mi gloria.
El huracán del Señor se ha desatado con furor; un torbellino se cierne amenazante sobre la cabeza de los malvados.
La tempestad del Señor ha estallado con furor; una tempestad huracanada se ha desatado sobre los malvados.
Así dice el Señor: «¡Mirad! Del norte viene un ejército; una gran nación se moviliza desde los confines de la tierra.
Empuñan el arco y la lanza; son crueles y no tienen compasión. Lanzan gritos como bramidos del mar, y cabalgan sobre sus corceles. ¡Vienen contra ti, hija de Sión, listos para la batalla!»
Esperadme, por tanto, hasta el día en que me levante a buscar el botín —afirma el Señor—, porque he decidido reunir a las naciones y juntar a los reinos para derramar sobre ellos mi indignación, toda mi ardiente ira. En el fuego de mi celo será toda la tierra consumida.
»Habrá señales en el sol, la luna y las estrellas. En la tierra, las naciones estarán angustiadas y perplejas por el bramido y la agitación del mar.