Moisés volvió a preguntar: ―¿Y qué hago si no me creen ni me hacen caso? ¿Qué hago si me dicen: “El Señor no se te ha aparecido”?
Jeremías 1:6 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Yo le respondí: «¡Ah, Señor mi Dios! ¡Soy muy joven, y no sé hablar!» Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y yo dije: ¡Ah! ¡Ah, Señor Jehová! He aquí, no sé hablar, porque soy niño. Biblia Nueva Traducción Viviente —Oh Señor Soberano —respondí—. ¡No puedo hablar por ti! ¡Soy demasiado joven! Biblia Católica (Latinoamericana) Yo exclamé: 'Ay, Señor, Yavé, ¡cómo podría hablar yo, que soy un muchacho!' La Biblia Textual 3a Edicion Entonces dije: ¡Ah, Adonay YHVH! He aquí, no sé hablar, porque soy joven. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero yo dije: '¡Ah, Señor Yahveh! Mira que no sé hablar, que soy un niño'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y yo dije: ¡Ah, Señor Jehová! He aquí, no sé hablar, porque soy niño. |
Moisés volvió a preguntar: ―¿Y qué hago si no me creen ni me hacen caso? ¿Qué hago si me dicen: “El Señor no se te ha aparecido”?
Pero Moisés se enfrentó al Señor y le dijo: ―¿Y cómo va a hacerme caso el faraón, si ni siquiera los israelitas me creen? Además, no tengo facilidad de palabra.
Pero Moisés respondió al Señor y le dijo: ―¿Y cómo va a hacerme caso el faraón, si yo no tengo facilidad de palabra?
Entonces grité: «¡Ay de mí, que estoy perdido! Soy un hombre de labios impuros y vivo en medio de un pueblo de labios blasfemos, ¡y no obstante mis ojos han visto al Rey, al Señor Todopoderoso!»
Pero yo respondí: «¡Ah, Señor mi Dios! Los profetas les dicen que no se enfrentarán con la espada ni pasarán hambre, sino que tú les concederás una paz duradera en este lugar».
»¡Ah, Señor mi Dios! Tú, con tu gran fuerza y tu brazo poderoso, has hecho los cielos y la tierra. Para ti no hay nada imposible.
El profeta Jeremías dijo todo esto a Sedequías, rey de Judá, en Jerusalén.
Yo dije: «¡Ah, Señor mi Dios, cómo has engañado a este pueblo y a Jerusalén! Dijiste: “Tendrán paz”, pero tienen la espada en el cuello».
Entonces exclamé: «¡No, Señor mi Dios! ¡Yo jamás me he contaminado con nada! Desde mi niñez y hasta el día de hoy, jamás he comido carne de ningún animal que se haya encontrado muerto, o que haya sido despedazado por las fieras. ¡Por mi boca no ha entrado ningún tipo de carne impura!»
y le dijo: «Corre a decirle a ese joven: »“Tanta gente habrá en Jerusalén, y tanto ganado, que Jerusalén llegará a ser una ciudad sin muros.