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Isaías 65:3 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

Es un pueblo que en mi propia cara constantemente me provoca; que ofrece sacrificios en los jardines y quema incienso en los altares;

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

pueblo que en mi rostro me provoca de continuo a ira, sacrificando en huertos, y quemando incienso sobre ladrillos;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Todo el día me insultan en mi propia cara al rendir culto a ídolos en sus huertos sagrados y al quemar incienso en altares paganos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Este pueblo me provoca continuamente en mi propia cara, haciendo sacrificios en los jardines, quemando perfumes sobre ladrillos,

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La Biblia Textual 3a Edicion

Pueblo que en mi propia cara me provoca a ira continuamente, Que sacrifica en huertos y quema incienso sobre ladrillos;°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

un pueblo que me ofende constantemente en mi propia cara, que sacrifican en los jardines, y queman incienso sobre los ladrillos,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Pueblo que en mi cara me provoca de continuo a ira, que sacrifica en huertos, y quema incienso sobre altares de ladrillo;

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Lòt tradiksyon



Isaías 65:3
20 Referans Kwoze  

Ellos me han abandonado; han quemado incienso a otros dioses y me han provocado a ira con todos sus ídolos. Por eso mi ira arde contra este lugar, y no se apagará’.


Pero extiende la mano y quítale todo lo que posee, ¡a ver si no te maldice en tu propia cara!


Pero extiende la mano y hiérelo, ¡a ver si no te maldice en tu propia cara!


¡Cuántas veces se rebelaron contra él en el desierto, y lo entristecieron en los páramos!


Lo irritaron con sus santuarios paganos; con sus ídolos despertaron sus celos.


Se avergonzarán de las encinas que tanto amáis; los jardines que elegisteis serán para ellos una afrenta.


Jerusalén se tambalea, Judá se derrumba, porque su hablar y su actuar son contrarios al Señor: ¡desafían su gloriosa presencia!


«Juntos perecerán los que se santifican y se purifican para entrar en los jardines, siguiendo a uno que va al frente, y los que comen carne de cerdo, ratas y otras cosas abominables —afirma el Señor—.


Pero los que sacrifican toros son como los que matan hombres; los que ofrecen corderos son como los que desnucan perros; los que presentan ofrendas de grano son como los que ofrecen sangre de cerdo, y los que queman ofrendas de incienso son como los que adoran ídolos. Ellos han escogido sus propios caminos, y se deleitan en sus abominaciones.


Durante el reinado del rey Josías el Señor me dijo: «¿Has visto lo que ha hecho Israel, la infiel? Se fue a todo monte alto, y allí, bajo todo árbol frondoso, se prostituyó.


Cuando los hice entrar en la tierra que con la mano en alto había jurado darles, cualquier cerro o árbol frondoso que veían les venía bien para hacer sacrificios y presentarme esas ofrendas que tanto me ofenden. Allí quemaban incienso y derramaban sus libaciones.


El propósito de este mandamiento es que los israelitas lleven al Señor los sacrificios que suelen hacer en el campo. Deberán llevarlos al sacerdote, a la entrada de la Tienda de reunión, y ofrecérselos al Señor como sacrificios de comunión.


Me provocaron a celos con lo que no es Dios como yo, y me enojaron con sus ídolos inútiles. Pues yo haré que ellos sientan envidia de los que no son pueblo; voy a irritarlos con una nación insensata.