Da a tus fieles la señal de retirada, para que puedan escapar de los arqueros. Selah
Isaías 5:26 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Con una bandera le hará señas a una nación lejana, con un silbido la llamará desde el extremo de la tierra, y esta nación llegará presta y veloz. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Alzará pendón a naciones lejanas, y silbará al que está en el extremo de la tierra; y he aquí que vendrá pronto y velozmente. Biblia Nueva Traducción Viviente Él enviará una señal a las naciones lejanas y llamará con un silbido a los que están en los confines de la tierra; ellos irán corriendo a Jerusalén. Biblia Católica (Latinoamericana) Le hace señas a una nación lejana
y le pega un silbido desde el fin del mundo;
ella ligerito llega con rapidez. La Biblia Textual 3a Edicion Alzará pendón a un pueblo lejano; Silbará hacia el extremo de la tierra: ¡Mirad cuán rápida y velozmente viene! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Alzará una enseña a un pueblo lejano, le silbará desde el extremo de la tierra; mirad: llega rápido, ligero; Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y alzará pendón a naciones lejanas, y silbará al que está en el extremo de la tierra; y he aquí que vendrá pronto y velozmente. |
Da a tus fieles la señal de retirada, para que puedan escapar de los arqueros. Selah
Que domine el rey de mar a mar, desde el río Éufrates hasta los confines de la tierra.
¿Qué vais a hacer cuando debáis rendir cuentas, cuando llegue desde lejos la tormenta? ¿A quién acudiréis en busca de ayuda? ¿En dónde dejaréis vuestras riquezas?
Izará una bandera para las naciones, reunirá a los desterrados de Israel, y de los cuatro puntos cardinales juntará al pueblo esparcido de Judá.
Sobre un monte pelado agitad la bandera; llamad a gritos a los soldados, hacedles señas con la mano para que entren por las puertas de los nobles.
Ya he dado orden a mis consagrados; he reclutado a mis valientes, a los que se alegran de mi triunfo, para que ejecuten mi castigo.
¡Escuchad! Se oye tumulto en las montañas, como el de una gran multitud. ¡Escuchad! Se oye un estruendo de reinos, de naciones que se han reunido. El Señor Todopoderoso pasa revista a un ejército para la batalla.
Vienen de tierras lejanas, de los confines del horizonte. Viene el Señor con las armas de su ira para destruir toda la tierra.
Cuando sobre las montañas se alce el estandarte y suene la trompeta, ¡fijaos, habitantes del mundo!; ¡escuchad, pobladores de la tierra!
Os resistís y decís: “Huiremos a caballo”. ¡Por eso, así tendréis que huir! Decís: “Cabalgaremos sobre caballos veloces”. ¡Por eso, veloces serán vuestros perseguidores!
A causa del terror caerá su fortaleza; ¡sus jefes dejarán abandonada su bandera!» Lo afirma el Señor, cuyo fuego está en Sión, y cuyo horno está en Jerusalén.
Entonces el profeta Isaías fue a ver al rey Ezequías y le preguntó: ―¿Qué querían esos hombres? ¿De dónde vinieron? ―De un país lejano —respondió Ezequías—. Vinieron a verme desde Babilonia.
En aquel día el Señor llamará con un silbido a la mosca que está en los lejanos ríos de Egipto, y a la abeja que está en la tierra de Asiria.
¡Miradlo avanzar como las nubes! ¡Sus carros de guerra parecen un huracán! ¡Sus caballos son más veloces que las águilas! ¡Ay de nosotros! ¡Estamos perdidos!
»Pueblo de Israel, voy a traer contra vosotros una nación lejana, una nación fuerte y antigua, una nación cuyo idioma no conocéis, cuyo lenguaje no entendéis —afirma el Señor—.
»¡Levantad la bandera en el país! ¡Tocad la trompeta entre las naciones! ¡Convocad contra ella a los reinos de Ararat, Mini y Asquenaz! ¡Poned al frente un general! ¡Que avancen los caballos cual plaga de langostas!
Nuestros perseguidores resultaron más veloces que las águilas del cielo; nos persiguieron por las montañas, nos acecharon en el desierto.
»”Así dice el Señor omnipotente: A ti me refería yo cuando en tiempos pasados hablé por medio de mis siervos, los profetas de Israel. En aquel tiempo, y durante años, ellos profetizaron que yo te haría venir contra los israelitas.
Atacan como guerreros, escalan muros como soldados. Cada uno mantiene la marcha sin romper la formación.
Sus caballos son más veloces que leopardos, más feroces que lobos nocturnos. Su caballería se lanza a todo galope; sus jinetes vienen de muy lejos. ¡Caen como buitres sobre su presa!
Yo los llamaré y los recogeré. Cuando los haya redimido, serán tan numerosos como antes.
Porque, desde donde nace el sol hasta donde se pone, grande es mi nombre entre las naciones. En todo lugar se ofrece incienso y ofrendas puras a mi nombre, porque grande es mi nombre entre las naciones —dice el Señor Todopoderoso—.
»El Señor levantará contra ti una nación muy lejana, cuyo idioma no podrás entender; vendrá de los confines de la tierra, veloz como un águila.