Isaías 38:16 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Señor, por tales cosas viven los hombres, y también mi espíritu encuentra vida en ellas. Tú me devolviste la salud y me diste vida. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Oh Señor, por todas estas cosas los hombres vivirán, y en todas ellas está la vida de mi espíritu; pues tú me restablecerás, y harás que viva. Biblia Nueva Traducción Viviente Señor, tu disciplina es buena, porque lleva a la vida y a la salud. ¡Tú restauras mi salud y me permites vivir! Biblia Católica (Latinoamericana) y que mi corazón viva para ti,
y mi espíritu, Señor,
porque me habrás sanado, haciéndome revivir! La Biblia Textual 3a Edicion Los que Adonay protege, viven, y entre ellos vivirá mi espíritu: ¡Me has sanado y hecho revivir! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Con quienes está Yahveh vivirán y entre ellos se cumplirá la vida de mi espíritu: tú me curarás. ¡Dame la vida! Biblia Reina Valera Gómez (2023) Oh Señor, por estas cosas el hombre vive, y en todas estas cosas está la vida de mi espíritu; Tú pues, me restablecerás, y harás que yo viva. |
Me hizo bien haber sido afligido, porque así llegué a conocer tus decretos.
Señor, yo sé que tus juicios son justos, y que con justa razón me afliges.
Tú, Señor, me sacaste del sepulcro; me hiciste revivir de entre los muertos.
No me mires con enojo, y volveré a alegrarme antes que me muera y deje de existir».
Me has hecho pasar por muchos infortunios, pero volverás a darme vida; de las profundidades de la tierra volverás a levantarme.
Sales al encuentro de los que, alegres, practican la justicia y recuerdan tus caminos. Pero te enojas si persistimos en desviarnos de ellos. ¿Cómo podremos ser salvos?
Jesús le respondió: ―Escrito está: “No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”.
pero, si nos juzga el Señor, nos disciplina para que no seamos condenados con el mundo.
Pues los sufrimientos ligeros y efímeros que ahora padecemos producen una gloria eterna que vale muchísimo más que todo sufrimiento.
Te humilló y te hizo pasar hambre, pero luego te alimentó con maná, comida que ni tú ni tus antepasados habíais conocido, con lo que te enseñó que no solo de pan vive el hombre, sino de todo lo que sale de la boca del Señor.
Después de todo, aunque nuestros padres humanos nos disciplinaban, los respetábamos. ¿No hemos de someternos, con mayor razón, al Padre de los espíritus, para que vivamos?