David salió a su encuentro y les dijo: ―Si venís en son de paz y para ayudarme, os aceptaré; pero, si venís para entregarme a mis enemigos, ¡que el Dios de nuestros padres lo vea y lo castigue, pues yo no soy ningún criminal!
Hechos 5:30 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 El Dios de nuestros antepasados resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis colgándolo de un madero. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 El Dios de nuestros padres levantó a Jesús, a quien vosotros matasteis colgándole en un madero. Biblia Nueva Traducción Viviente El Dios de nuestros antepasados levantó a Jesús de los muertos después de que ustedes lo mataron colgándolo en una cruz. Biblia Católica (Latinoamericana) El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien ustedes dieron muerte colgándolo de un madero. La Biblia Textual 3a Edicion El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis colgándolo en un madero. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros disteis muerte colgándolo de un madero. Biblia Reina Valera Gómez (2023) El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, al cual vosotros matasteis colgándole en un madero. |
David salió a su encuentro y les dijo: ―Si venís en son de paz y para ayudarme, os aceptaré; pero, si venís para entregarme a mis enemigos, ¡que el Dios de nuestros padres lo vea y lo castigue, pues yo no soy ningún criminal!
Señor, Dios de nuestros antepasados Abraham, Isaac e Israel, conserva por siempre estos pensamientos en el corazón de tu pueblo, y dirige su corazón hacia ti.
«Bendito sea el Señor, Dios de nuestros antepasados, que puso en el corazón del rey el propósito de honrar el templo del Señor en Jerusalén.
para mostrar misericordia a nuestros padres al acordarse de su santo pacto.
Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en la tierra de los judíos y en Jerusalén. Lo mataron, colgándolo de un madero,
Dios nos la ha cumplido plenamente a nosotros, los descendientes de ellos, al resucitar a Jesús. Como está escrito en el segundo salmo: »“Tú eres mi hijo; hoy mismo te he engendrado”.
Luego dijo: “El Dios de nuestros antepasados te ha escogido para que conozcas su voluntad, y para que veas al Justo y oigas las palabras de su boca.
Cuando Dios resucitó a su siervo, lo envió primero a vosotros para daros la bendición de que cada uno se convierta de sus maldades».
Cristo nos rescató de la maldición de la ley al hacerse maldición por nosotros, pues está escrito: «Maldito todo el que es colgado de un madero».
Él mismo, en su cuerpo, llevó al madero nuestros pecados, para que muramos al pecado y vivamos para la justicia. Por sus heridas habéis sido sanados.