Bib sou entènèt

Piblisite


Tout bib la Ansyen Testaman Nouvo Testaman




Hechos 3:2 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

Junto a la puerta llamada Hermosa había un hombre lisiado de nacimiento, al que todos los días dejaban allí para que pidiera limosna a los que entraban en el templo.

Gade chapit la
Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Y era traído un hombre cojo de nacimiento, a quien ponían cada día a la puerta del templo que se llama la Hermosa, para que pidiese limosna de los que entraban en el templo.

Gade chapit la

Biblia Nueva Traducción Viviente

Mientras se acercaban al templo, llevaban cargando a un hombre cojo de nacimiento. Todos los días lo ponían junto a la puerta del templo, la que se llama Hermosa, para que pidiera limosna a la gente que entraba.

Gade chapit la

Biblia Católica (Latinoamericana)

acababan de dejar allí a un tullido de nacimiento. Todos los días lo colocaban junto a la Puerta Hermosa, que es una de las puertas del Templo, para que pidiera limosna a los que entraban en el recinto.

Gade chapit la

La Biblia Textual 3a Edicion

Y era traído cierto varón que estaba cojo desde el vientre de su madre, a quien ponían cada día a la puerta del templo (la llamada Hermosa), para pedir limosna a los que entraban en el templo;

Gade chapit la

Biblia Serafín de Ausejo 1975

en el momento en que llevaban a un hombre, cojo de nacimiento, al que ponían todos los días ante la puerta del templo llamada Preciosa, para pedir limosna a los que entraban en el templo.

Gade chapit la

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y un hombre que era cojo desde el vientre de su madre, era traído; al cual ponían cada día a la puerta del templo que se llama la Hermosa, para que pidiese limosna de los que entraban en el templo.

Gade chapit la
Lòt tradiksyon



Hechos 3:2
9 Referans Kwoze  

A la puerta de su casa se tendía un mendigo llamado Lázaro, que estaba cubierto de llagas


Sucedió que al acercarse Jesús a Jericó, estaba un ciego sentado junto al camino pidiendo limosna.


Sus vecinos y los que lo habían visto pedir limosna decían: «¿No es este el que se sienta a mendigar?»


y me dijo: “Cornelio, Dios ha oído tu oración y se ha acordado de tus obras de beneficencia.


―¿Qué quieres, Señor? —le preguntó Cornelio, mirándolo fijamente y con mucho miedo. ―Dios ha recibido tus oraciones y tus obras de beneficencia como una ofrenda —le contestó el ángel—.


En Listra vivía un hombre lisiado de nacimiento, que no podía mover las piernas y nunca había caminado. Estaba sentado,


lo reconocieron como el mismo hombre que solía pedir limosna sentado junto a la puerta llamada Hermosa, y se llenaron de admiración y asombro por lo que le había ocurrido.


pues el hombre que había sido milagrosamente sanado tenía más de cuarenta años.