Nos seguía a Pablo y a nosotros, gritando: ―Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, y os anuncian el camino de salvación.
Hechos 22:4 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Perseguí a muerte a los seguidores de este Camino, arrestando y echando en la cárcel a hombres y mujeres por igual, Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Perseguía yo este Camino hasta la muerte, prendiendo y entregando en cárceles a hombres y mujeres; Biblia Nueva Traducción Viviente Perseguí a los seguidores del Camino, acosando a algunos hasta la muerte, y arresté tanto a hombres como a mujeres para arrojarlos en la cárcel. Biblia Católica (Latinoamericana) Así que perseguí a muerte a este camino e hice encadenar y meter en la cárcel a hombres y mujeres;' La Biblia Textual 3a Edicion Yo perseguí a muerte este Camino, atando y entregando en cárceles a varones y también a mujeres, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Perseguí a muerte este Camino, apresé y encarcelé hombres y mujeres, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y perseguí este Camino hasta la muerte, prendiendo y entregando en cárceles así hombres como mujeres; |
Nos seguía a Pablo y a nosotros, gritando: ―Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, y os anuncian el camino de salvación.
Comenzó a hablar valientemente en la sinagoga. Al oírlo Priscila y Aquila, lo tomaron a su cargo y le explicaron con mayor precisión el camino de Dios.
pero algunos se negaron obstinadamente a creer, y ante la congregación hablaban mal del Camino. Así que Pablo se alejó de ellos y formó un grupo aparte con los discípulos; y a diario debatía en la escuela de Tirano.
Sin embargo, esto sí confieso: que adoro al Dios de nuestros antepasados siguiendo este Camino que mis acusadores llaman secta, pues estoy de acuerdo con todo lo que enseña la ley y creo lo que está escrito en los profetas.
lo sacaron a empellones fuera de la ciudad y comenzaron a apedrearlo. Los acusadores confiaron sus mantos a un joven llamado Saulo.
Todos los que le oían quedaban asombrados, y preguntaban: «¿No es este el que en Jerusalén perseguía a muerte a los que invocan ese nombre? ¿Y no ha venido aquí para llevárselos presos y entregarlos a los jefes de los sacerdotes?»
Admito que yo soy el más insignificante de los apóstoles y que ni siquiera merezco ser llamado apóstol, porque perseguí a la iglesia de Dios.
Vosotros ya estáis enterados de mi conducta cuando pertenecía al judaísmo, de la furia con que perseguía a la iglesia de Dios, tratando de destruirla.
en cuanto al celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que la ley exige, intachable.
Muchos los seguirán en sus prácticas vergonzosas, y por causa de ellos se difamará el camino de la verdad.