Luego, estando con ellos a la mesa, tomó el pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio.
Hechos 10:41 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 no a todo el pueblo, sino a nosotros, testigos previamente escogidos por Dios, que comimos y bebimos con él después de su resurrección. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 no a todo el pueblo, sino a los testigos que Dios había ordenado de antemano, a nosotros que comimos y bebimos con él después que resucitó de los muertos. Biblia Nueva Traducción Viviente no al público en general, sino a nosotros, a quienes Dios había elegido de antemano para que fuéramos sus testigos. Nosotros fuimos los que comimos y bebimos con él después de que se levantó de los muertos. Biblia Católica (Latinoamericana) no por todo el pueblo, sino por los testigos que Dios había escogido de antemano, por nosotros, que comimos y bebimos con él después de que resucitó de entre los muertos. La Biblia Textual 3a Edicion no a todo el pueblo, sino a unos testigos designados de antemano por Dios, a nosotros, que comimos y bebimos con Él después que resucitó de entre los muertos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 no a todo el pueblo, sino a los testigos señalados de antemano por Dios, a nosotros que comimos y bebimos con él después de haber resucitado él de entre los muertos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) no a todo el pueblo, sino a los testigos que Dios antes había escogido, a nosotros que comimos y bebimos con Él después que resucitó de los muertos. |
Luego, estando con ellos a la mesa, tomó el pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio.
el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede aceptar porque no lo ve ni lo conoce. Pero vosotros sí lo conocéis, porque vive con vosotros y estará en vosotros.
Dentro de poco el mundo ya no me verá más, pero vosotros sí me veréis. Y porque yo vivo, también vosotros viviréis.
Judas (no el Iscariote) le dijo: ―¿Por qué, Señor, estás dispuesto a manifestarte a nosotros, y no al mundo?
No me escogisteis vosotros a mí, sino que yo os escogí a vosotros y os comisioné para que vayáis y deis fruto, un fruto que perdure. Así el Padre os dará todo lo que le pidáis en mi nombre.
Y también vosotros daréis testimonio, porque habéis estado conmigo desde el principio.
Jesús se acercó, tomó el pan y se lo repartió, e hizo lo mismo con el pescado.
Una vez, mientras comía con ellos, les ordenó: ―No os alejéis de Jerusalén, sino esperad la promesa del Padre, de la cual os he hablado:
Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en la tierra de los judíos y en Jerusalén. Lo mataron, colgándolo de un madero,
Durante muchos días lo vieron los que habían subido con él de Galilea a Jerusalén, y ellos son ahora sus testigos ante el pueblo.