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Habacuc 1:5 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

«¡Mirad a las naciones! ¡Contempladlas y quedaos asombrados! Voy a hacer en estos días cosas tan sorprendentes que no las creeréis aunque alguien os las explique.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Mirad entre las naciones, y ved, y asombraos; porque haré una obra en vuestros días, que aun cuando se os contare, no la creeréis.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

El Señor respondió: «Observen las naciones; ¡mírenlas y asómbrense! Pues estoy haciendo algo en sus propios días, algo que no creerían aun si alguien les dijera.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Miren, traidores y contemplen, asómbrense y quédense alelados, porque voy a realizar en su época algo que no creerían si se lo hubieran contado.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Mirad a las naciones, contemplad y asombraos, porque Yo haré una obra en vuestros días, que aun cuando se os cuente, no la creeríais.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Mirad a las naciones y observad, asombraos y pasmaos, porque yo haré en vuestros días una cosa que no la creeríais si os la contaran.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Mirad en las naciones, y ved, y maravillaos y asombraos; porque haré una obra en vuestros días, que aun cuando se os contare, no la creeréis.

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Lòt tradiksyon



Habacuc 1:5
15 Referans Kwoze  

Por eso, una vez más asombraré a este pueblo con prodigios maravillosos; perecerá la sabiduría de sus sabios, y se esfumará la inteligencia de sus inteligentes».


Perded el juicio, quedaos pasmados, perded la vista, quedaos ciegos; embriagaos, pero no con vino; tambaleaos, pero no por el licor.


Ellos dijeron: «Vamos, tramemos un plan contra Jeremías. Porque no le faltará la ley al sacerdote, ni el consejo al sabio, ni la palabra al profeta. Ataquémoslo de palabra, y no hagamos caso de nada de lo que diga».


No creían los reyes de la tierra, ni tampoco los habitantes del mundo, que los enemigos y adversarios de Jerusalén cruzarían alguna vez sus puertas.


»”Tú has cumplido las advertencias que nos hiciste, a nosotros y a nuestros gobernantes, y has traído sobre nosotros esta gran calamidad. ¡Jamás ha ocurrido bajo el cielo nada semejante a lo que sucedió con Jerusalén!


Señor, he sabido de tu fama; tus obras, Señor, me dejan pasmado. Realízalas de nuevo en nuestros días, dalas a conocer en nuestro tiempo; en tu ira, ten presente tu misericordia.


«Arrasaré por completo cuanto hay sobre la faz de la tierra —afirma el Señor—.


El Señor os dispersará entre las naciones, y entre todas ellas solo quedaréis esparcidos unos pocos.