Dan es una serpiente junto al camino, una víbora junto al sendero, que muerde los talones del caballo y hace caer de espaldas al jinete.
Génesis 49:18 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 »¡Señor, espero tu salvación! Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Tu salvación esperé, oh Jehová. Biblia Nueva Traducción Viviente ¡Oh Señor, confío en ti para la salvación! Biblia Católica (Latinoamericana) ¡Oh Yavé, espero en tu salvación! La Biblia Textual 3a Edicion ¡Por tu salvación espero, oh YHVH! Biblia Serafín de Ausejo 1975 ¡De ti espero la salvación, oh Yahveh! Biblia Reina Valera Gómez (2023) Tu salvación esperé, oh Jehová. |
Dan es una serpiente junto al camino, una víbora junto al sendero, que muerde los talones del caballo y hace caer de espaldas al jinete.
Como dirigen los esclavos la mirada hacia la mano de su amo, como dirige la esclava la mirada hacia la mano de su ama, así dirigimos la mirada al Señor nuestro Dios, hasta que nos muestre compasión.
Espero al Señor, lo espero con toda el alma; en su palabra he puesto mi esperanza.
¡Quiera Dios que de Sión venga la salvación de Israel! Cuando el Señor restaure a su pueblo, ¡Jacob se regocijará, Israel se alegrará!
Puse en el Señor toda mi esperanza; él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor.
El Señor es mi fuerza y mi cántico; él es mi salvación. Él es mi Dios, y lo alabaré; es el Dios de mi padre, y lo enalteceré.
El malvado cae por su propia maldad; el justo halla refugio en su integridad.
En aquel día se dirá: «¡Sí, este es nuestro Dios; en él confiamos, y él nos salvó! ¡Este es el Señor, en él hemos confiado; regocijémonos y alegrémonos en su salvación!»
Por eso el Señor os espera, para tener piedad de vosotros; por eso se levanta para mostraros compasión. Porque el Señor es un Dios de justicia. ¡Dichosos todos los que en él esperan!
Señor, ten compasión de nosotros; pues en ti esperamos. Sé nuestra fortaleza cada mañana, nuestra salvación en tiempo de angustia.
»Ahora bien, Ezequías, haz este trato con mi señor, el rey de Asiria: Yo te doy dos mil caballos si tú consigues otros tantos jinetes para montarlos.
El Señor ha escondido su rostro del pueblo de Jacob, pero yo esperaré en él, pues en él tengo puesta mi esperanza.
Bueno es el Señor con quienes en él confían, con todos los que lo buscan.
Pero yo he puesto mi esperanza en el Señor; yo espero en el Dios de mi salvación. ¡Mi Dios me escuchará!
Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados».
José de Arimatea, miembro distinguido del Consejo, y que también esperaba el reino de Dios, se atrevió a presentarse ante Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús.
―No tengas miedo, María; Dios te ha concedido su favor —le dijo el ángel—.
Ahora bien, en Jerusalén había un hombre llamado Simeón, que era justo y devoto, y aguardaba con esperanza la redención de Israel. El Espíritu Santo estaba con él
que no había estado de acuerdo con la decisión ni con la conducta de ellos. Era natural de un pueblo de Judea llamado Arimatea, y esperaba el reino de Dios.
Pero, si esperamos lo que todavía no tenemos, en la espera mostramos nuestra constancia.
Nosotros, en cambio, por obra del Espíritu y mediante la fe, aguardamos con ansia la justicia que es nuestra esperanza.
y esperar del cielo a Jesús, su Hijo a quien resucitó, que nos libra del castigo venidero.