Cuando ya el hambre se había extendido por todo el territorio, y había arreciado, José abrió los graneros para vender alimento a los egipcios.
Génesis 47:14 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Todo el dinero que los habitantes de Egipto y de Canaán habían pagado por el alimento, José lo recaudó para depositarlo en el palacio del faraón. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y recogió José todo el dinero que había en la tierra de Egipto y en la tierra de Canaán, por los alimentos que de él compraban; y metió José el dinero en casa de Faraón. Biblia Nueva Traducción Viviente José, al vender el grano a la población, con el tiempo, obtuvo todo el dinero que había en Egipto y en Canaán, y lo depositó en la tesorería del faraón. Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces José acaparó toda la plata que había en la tierra de Egipto y de Canaán, a cambio del trigo que compraban, y llevó toda esa plata al palacio de Faraón. La Biblia Textual 3a Edicion Así pues, José recogió toda la plata que se halló en la tierra de Egipto y en la tierra de Canaán, por el grano que le compraban, e ingresó José la plata en la casa de Faraón. Biblia Serafín de Ausejo 1975 José llegó a hacerse con todo el dinero de la tierra de Egipto y del país de Canaán a cambio del grano que ellos le compraban, e ingresaba el dinero en la casa del Faraón. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y recogió José todo el dinero que se halló en la tierra de Egipto y en la tierra de Canaán, por los alimentos que de él compraban; y metió José el dinero en casa de Faraón. |
Cuando ya el hambre se había extendido por todo el territorio, y había arreciado, José abrió los graneros para vender alimento a los egipcios.
Además, de todos los países llegaban a Egipto para comprarle alimento a José, porque el hambre cundía ya por todo el mundo.
Cuando a egipcios y cananeos se les acabó el dinero, los egipcios fueron a ver a José y le reclamaron: ―¡Danos de comer! ¿Hemos de morir en tu presencia solo porque no tenemos más dinero?
La gente maldice al que acapara el trigo, pero colma de bendiciones al que gustoso lo vende.
Ahora bien, a los que reciben un encargo se les exige que demuestren ser dignos de confianza.
Cada uno ponga al servicio de los demás el don que haya recibido, administrando fielmente la gracia de Dios en sus diversas formas.