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Génesis 45:3 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

―Yo soy José —les declaró a sus hermanos—. ¿Vive todavía mi padre? Pero ellos estaban tan pasmados que no atinaban a contestarle.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Y dijo José a sus hermanos: Yo soy José; ¿vive aún mi padre? Y sus hermanos no pudieron responderle, porque estaban turbados delante de él.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

«¡Soy José! —dijo a sus hermanos—. ¿Vive mi padre todavía?». ¡Pero sus hermanos se quedaron mudos! Estaban atónitos al darse cuenta de que tenían a José frente a ellos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

José dijo a sus hermanos: 'Yo soy José. ¿Vive aún mi padre?' Ellos quedaban tan aterrados de verlo que no podían responderle.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y dijo José a sus hermanos: ¡Yo soy José! ¿Vive aún mi padre? Y sus hermanos no pudieron responderle, porque estaban turbados por su presencia.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Dijo, pues, José a sus hermanos: 'Yo soy José. ¿Vive todavía mi padre?'. Sus hermanos no pudieron responderle, porque quedaron aterrados ante él.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y dijo José a sus hermanos: Yo soy José: ¿Vive aún mi padre? Y sus hermanos no pudieron responderle, porque estaban turbados delante de él.

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Lòt tradiksyon



Génesis 45:3
14 Referans Kwoze  

Ahora sí que le llegó la hora. Vamos a matarlo y echarlo en una de estas cisternas, y diremos que lo devoró un animal salvaje. ¡Y a ver en qué terminan sus sueños!


pero se decían unos a otros: ―Sin duda estamos sufriendo las consecuencias de lo que hicimos con nuestro hermano. Aunque vimos su angustia cuando nos suplicaba que le tuviéramos compasión, no le hicimos caso. Por eso ahora nos vemos en aprietos.


Entonces habló Rubén: ―Yo os advertí que no le hicierais daño al muchacho, pero no me hicisteis caso. ¡Ahora tenemos que pagar el precio de su sangre!


José les preguntó cómo estaban, y añadió: ―¿Cómo está vuestro padre, el anciano del cual me hablasteis? ¿Vive todavía?


Por eso me espanto en su presencia; si pienso en todo esto, me lleno de temor.


¡ahora que afrontas las calamidades, no las resistes!; ¡te ves golpeado y te desanimas!


Sobre la casa real de David y los habitantes de Jerusalén derramaré un espíritu de gracia y de súplica, y entonces pondrán sus ojos en mí. Harán lamentación por el que traspasaron, como quien hace lamentación por su hijo único; llorarán amargamente, como quien llora por su primogénito.


llenos de miedo por lo que veían. Pero él habló en seguida con ellos y les dijo: «¡Calmaos! Soy yo. No tengáis miedo».


Al ver esto, Simón Pedro cayó de rodillas delante de Jesús y le dijo: ―¡Apártate de mí, Señor; soy un pecador!


En la segunda, José se dio a conocer a sus hermanos, y el faraón conoció el origen de José.


―¿Quién eres, Señor? —preguntó. ―Yo soy Jesús, a quien tú persigues —le contestó la voz—.


¡Mirad que viene en las nubes! Y todos le verán con sus propios ojos, incluso quienes le traspasaron; y por él harán lamentación todos los pueblos de la tierra. ¡Así será! Amén.