Toma, pues, tus armas, tu arco y tus flechas, y ve al campo a cazarme algún animal.
Génesis 27:2 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 ―Como te darás cuenta, ya soy muy viejo y en cualquier momento puedo morirme. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y él dijo: He aquí ya soy viejo, no sé el día de mi muerte. Biblia Nueva Traducción Viviente —Yo ya soy un hombre viejo —dijo Isaac—, y no sé cuándo moriré. Biblia Católica (Latinoamericana) Prosiguió Isaac: 'Mira que ya estoy viejo e ignoro el día de mi muerte. La Biblia Textual 3a Edicion Le dijo: He aquí ahora soy viejo, no sé el día de mi muerte, Biblia Serafín de Ausejo 1975 'Mira -le dijo-, yo ya soy viejo, y no sé el día de mi muerte. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y él dijo: He aquí ya soy viejo, no sé el día de mi muerte. |
Toma, pues, tus armas, tu arco y tus flechas, y ve al campo a cazarme algún animal.
Cuando Israel estaba a punto de morir, mandó llamar a su hijo José y le dijo: ―Si de veras me quieres, pon tu mano debajo de mi muslo y prométeme amor y lealtad. ¡Por favor, no me entierres en Egipto!
Finalmente, Israel le dijo a José: ―Yo estoy a punto de morir; pero Dios estará con vosotros y os hará volver a la tierra de vuestros antepasados.
Y todo lo que esté en tu mano hacer, hazlo con todo empeño; porque en el sepulcro, adonde te diriges, no hay trabajo ni planes ni conocimiento ni sabiduría.
Por aquellos días, Ezequías enfermó gravemente y estuvo a punto de morir. El profeta Isaías hijo de Amoz fue a verlo y le dijo: «Así dice el Señor: “Pon tu casa en orden, porque vas a morir; no te recuperarás”».
«Recuerda, Señor, que yo me he conducido delante de ti con lealtad y con un corazón íntegro, y que he hecho lo que te agrada». Y Ezequías lloró amargamente.
»Por lo tanto, estad despiertos, porque no sabéis cuándo volverá el dueño de la casa, si al atardecer, o a la medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer;
¡Y eso que ni siquiera sabéis qué sucederá mañana! ¿Qué es vuestra vida? Sois como la niebla, que aparece por un momento y luego se desvanece.
Pero David juró y perjuró: ―Tu padre sabe muy bien que tú me estimas, así que seguramente habrá pensado: “Jonatán no debe enterarse, para que no se disguste”. Pero, tan cierto como que el Señor y tú estáis vivos, te aseguro que estoy a un paso de la muerte.