Abraham era ya viejo y muy entrado en años, y el Señor lo había bendecido en todo.
Génesis 26:12 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Isaac sembró en aquella región, y ese año cosechó al ciento por uno, porque el Señor lo había bendecido. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y sembró Isaac en aquella tierra, y cosechó aquel año ciento por uno; y le bendijo Jehová. Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando Isaac sembró sus cultivos ese año, cosechó cien veces más grano del que había plantado, porque el Señor lo bendijo. Biblia Católica (Latinoamericana) Isaac sembró en aquella tierra y cosechó aquel año el ciento por uno. Yavé lo bendijo La Biblia Textual 3a Edicion Sembró Isaac en aquella tierra, y aquel mismo año cosechó ciento por uno, porque YHVH lo bendijo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Sembró Isaac en aquel país y cosechó aquel año ciento por uno. Yahveh lo bendijo Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y sembró Isaac en aquella tierra, y cosechó aquel año ciento por uno; y le bendijo Jehová. |
Abraham era ya viejo y muy entrado en años, y el Señor lo había bendecido en todo.
El Señor ha bendecido mucho a mi amo y lo ha prosperado. Le ha dado ovejas y ganado, oro y plata, siervos y siervas, camellos y asnos.
Después de la muerte de Abraham, Dios bendijo a Isaac, hijo de Abraham, quien se quedó a vivir cerca del pozo de Lajay Roí.
Tú no nos harás ningún daño, ya que nosotros no te hemos perjudicado, sino que te hemos tratado bien y te hemos dejado ir en paz. ¡Ahora el bendecido del Señor eres tú!
Vive en ese lugar por un tiempo. Yo estaré contigo y te bendeciré, porque a ti y a tu descendencia os daré todas esas tierras. Así confirmaré el juramento que le hice a tu padre Abraham.
Lo que tenías antes de mi venida, que era muy poco, se ha multiplicado enormemente. Gracias a mí, el Señor te ha bendecido. Ahora quiero hacer algo por mi propia familia.
El Señor bendijo más los últimos años de Job que los primeros, pues llegó a tener catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil asnas.
Que abunde el trigo en toda la tierra; que ondeen los trigales en la cumbre de los montes. Que el grano se dé como en el Líbano; que abunden las gavillas como la hierba del campo.
Siembra tu semilla por la mañana, y no te des reposo por la tarde, pues nunca sabes cuál siembra saldrá mejor, si esta o aquella, o si ambas serán igual de buenas.
Habrá paz cuando se siembre, y las vides darán su fruto; la tierra producirá sus cosechas y el cielo enviará su rocío. Todo esto se lo daré como herencia al remanente de este pueblo.
Pero el que recibió la semilla que cayó en buen terreno es el que oye la palabra y la entiende. Este sí produce una cosecha al treinta, al sesenta y hasta al ciento por uno».
Pero las otras semillas cayeron en buen terreno, en el que se dio una cosecha que rindió treinta, sesenta y hasta cien veces más de lo que se había sembrado.
Pero las otras semillas cayeron en buen terreno. Brotaron, crecieron y produjeron una cosecha que rindió el treinta, el sesenta y hasta el ciento por uno.