Haré que os traigan un poco de agua para que os lavéis los pies, y luego podréis descansar bajo el árbol.
Génesis 24:32 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 El criado entró en la casa. En seguida Labán desaparejó los camellos, les dio paja y forraje, y llevó agua para que el criado y sus acompañantes se lavaran los pies. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Entonces el hombre vino a casa, y Labán desató los camellos; y les dio paja y forraje, y agua para lavar los pies de él, y los pies de los hombres que con él venían. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces el hombre fue con Labán a su casa, y Labán descargó los camellos, y para que se tendieran les proveyó paja, los alimentó, y también trajo agua para que el hombre y los camelleros se lavaran los pies. Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces el hombre entró en la casa y desensilló los camellos. Dieron paja y forraje a los camellos, y a él y sus acompañantes les trajeron agua para que se lavaran los pies. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces el hombre entró en la casa, y él le desató los camellos, y les dio paja y forraje a los camellos. También le dio agua para lavar sus pies, y los pies de los hombres que estaban con él. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Entró el hombre en la casa. Desaparejó Labán los camellos y les dio paja y forraje, y agua al hombre y a los que le acompañaban, para que se lavaran los pies. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces el hombre vino a casa, y Labán desató los camellos; y les dio paja y forraje, y agua para lavar los pies de él, y los pies de los hombres que con él venían. |
Haré que os traigan un poco de agua para que os lavéis los pies, y luego podréis descansar bajo el árbol.
Les dijo: ―Por favor, señores, os ruego que paséis la noche en la casa de este vuestro siervo. Allí podréis lavaros los pies, y mañana al amanecer seguiréis vuestro camino. ―No, gracias —respondieron ellos—. Pasaremos la noche en la plaza.
Cuando le sirvieron de comer, el criado dijo: ―No comeré hasta haberos dicho lo que tengo que decir. ―Habla con toda confianza —respondió Labán.
Al oír Labán las noticias acerca de su sobrino Jacob, salió a recibirlo y, entre abrazos y besos, lo llevó a su casa. Allí Jacob le contó todo lo que había sucedido,
y a todos los hizo pasar a la casa de José. Allí les dio agua para que se lavaran los pies, y les dio de comer a sus asnos.
Luego se volvió hacia la mujer y le dijo a Simón: ―¿Ves a esta mujer? Cuando entré en tu casa, no me diste agua para los pies, pero ella me ha bañado los pies en lágrimas y me los ha secado con sus cabellos.
y que sea reconocida por sus buenas obras, tales como criar hijos, practicar la hospitalidad, lavar los pies de los creyentes, ayudar a los que sufren y aprovechar toda oportunidad para hacer el bien.
Así que lo llevó a su casa y dio de comer a sus asnos y, después de lavarse los pies, comieron y bebieron.
Ella se inclinó y, postrándose rostro en tierra, dijo: ―Soy la sierva de David, y estoy para servirle. Incluso estoy dispuesta a lavarles los pies a sus criados.