Labán se había fijado en el anillo y las pulseras en los brazos de su hermana, y también la había escuchado contar lo que el criado le había dicho. Por eso salió en busca del criado, y lo encontró junto a la fuente, con sus camellos.
Génesis 24:29 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Tenía Rebeca un hermano llamado Labán, que salió corriendo al encuentro del criado, quien seguía junto a la fuente. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y Rebeca tenía un hermano que se llamaba Labán, el cual corrió afuera hacia el hombre, a la fuente. Biblia Nueva Traducción Viviente Rebeca tenía un hermano llamado Labán, el cual salió corriendo al manantial para encontrarse con el hombre. Biblia Católica (Latinoamericana) Rebeca tenía un hermano llamado Labán. La Biblia Textual 3a Edicion Tenía Rebeca un hermano llamado Labán,° el cual corrió hacia el que estaba fuera, junto a la fuente; Biblia Serafín de Ausejo 1975 Tenía Rebeca un hermano llamado Labán, que se apresuró a salir fuera hacia la fuente donde estaba el hombre. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Rebeca tenía un hermano que se llamaba Labán. Y Labán corrió afuera hacia el hombre, hacia el pozo. |
Labán se había fijado en el anillo y las pulseras en los brazos de su hermana, y también la había escuchado contar lo que el criado le había dicho. Por eso salió en busca del criado, y lo encontró junto a la fuente, con sus camellos.
Pero el hermano y la madre de Rebeca le respondieron: ―Que se quede la joven con nosotros unos diez días, y luego podrás irte.
Y bendijeron a Rebeca con estas palabras: «Hermana nuestra: ¡que seas madre de millares! ¡Que dominen tus descendientes las ciudades de sus enemigos!»
Isaac tenía cuarenta años cuando se casó con Rebeca, que era hija de Betuel y hermana de Labán. Betuel y Labán eran arameos de Padán Aram.
Por eso, hijo mío, obedéceme: Prepárate y huye en seguida a Jarán, a la casa de mi hermano Labán,
Vete ahora mismo a Padán Aram, a la casa de Betuel, tu abuelo materno, y cásate allí con una de las hijas de tu tío Labán.
Al oír Labán las noticias acerca de su sobrino Jacob, salió a recibirlo y, entre abrazos y besos, lo llevó a su casa. Allí Jacob le contó todo lo que había sucedido,
―¿Conocéis a Labán, el hijo de Najor? —volvió a preguntar Jacob. ―Claro que sí —respondieron.