Entonces Abraham inclinó el rostro hasta el suelo y se rio de pensar: «¿Acaso puede un hombre tener un hijo a los cien años, y ser madre Sara a los noventa?»
Génesis 17:18 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Por eso le dijo a Dios: ―¡Concédele a Ismael vivir bajo tu bendición! Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y dijo Abraham a Dios: Ojalá Ismael viva delante de ti. Biblia Nueva Traducción Viviente Así que Abraham le dijo a Dios: —¡Que Ismael viva bajo tu bendición especial! Biblia Católica (Latinoamericana) Y dijo a Dios: 'Si al menos aceptaras a Ismael para servir tus designios. La Biblia Textual 3a Edicion Y Abraham dijo a ’Elohim: ¡Ojalá Ismael viva delante de ti! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y dijo a Dios: 'Me contentaré con que des larga vida a Ismael'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y dijo Abraham a Dios: Te ruego que Ismael viva delante de ti. |
Entonces Abraham inclinó el rostro hasta el suelo y se rio de pensar: «¿Acaso puede un hombre tener un hijo a los cien años, y ser madre Sara a los noventa?»
A lo que Dios contestó: ―¡Pero es Sara, tu esposa, la que te dará un hijo, al que llamarás Isaac! Yo estableceré mi pacto con él y con sus descendientes, como pacto perpetuo.
Este asunto angustió mucho a Abraham porque se trataba de su propio hijo.
Cuando cultives la tierra, no te dará sus frutos, y en el mundo serás un fugitivo errante.
Hoy me condenas al destierro, y nunca más podré estar en tu presencia. Andaré por el mundo errante como un fugitivo, y cualquiera que me encuentre me matará.
Muchos son los que dicen: «¿Quién puede mostrarnos algún bien?» ¡Haz, Señor, que sobre nosotros brille la luz de tu rostro!
Por mi integridad habrás de sostenerme, y en tu presencia me mantendrás para siempre.
Son vuestras iniquidades las que os separan de vuestro Dios. Son estos pecados los que lo llevan a ocultar su rostro para no escuchar.
Haré que haya coherencia entre su pensamiento y su conducta, a fin de que siempre me teman, para su propio bien y el de sus hijos.
En efecto, la promesa es para vosotros, para vuestros hijos y para todos los extranjeros, es decir, para todos aquellos a quienes el Señor nuestro Dios quiera llamar.