Y dijo Dios: «¡Que haya vegetación sobre la tierra; que esta produzca hierbas que den semilla, y árboles que den su fruto con semilla, todos según su especie!» Y así sucedió.
Génesis 1:7 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Y así sucedió: Dios hizo el firmamento y separó las aguas que están abajo, de las aguas que están arriba. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 E hizo Dios la expansión, y separó las aguas que estaban debajo de la expansión, de las aguas que estaban sobre la expansión. Y fue así. Biblia Nueva Traducción Viviente y eso fue lo que sucedió. Dios formó ese espacio para separar las aguas de la tierra de las aguas de los cielos Biblia Católica (Latinoamericana) Hizo Dios entonces como una bóveda y separó unas aguas de las otras: las que estaban por encima del firmamento, de las que estaban por debajo de él. Y así sucedió. La Biblia Textual 3a Edicion E hizo ’Elohim la expansión, y estableció separación entre las aguas que estaban debajo de la expansión y las aguas que estaban encima de la expansión. Y fue así. Biblia Serafín de Ausejo 1975 E hizo Dios la bóveda y separó las aguas que están debajo de la bóveda de las que están encima de ella. Y así fue. Biblia Reina Valera Gómez (2023) E hizo Dios el firmamento, y apartó las aguas que estaban debajo del firmamento, de las aguas que estaban sobre el firmamento. Y fue así. |
Y dijo Dios: «¡Que haya vegetación sobre la tierra; que esta produzca hierbas que den semilla, y árboles que den su fruto con semilla, todos según su especie!» Y así sucedió.
Y dijo Dios: «¡Que produzca la tierra seres vivientes: animales domésticos, animales salvajes y reptiles, según su especie!» Y sucedió así.
Al firmamento Dios lo llamó «cielo». Y vino la noche, y llegó la mañana: ese fue el segundo día.
Y dijo Dios: «¡Que las aguas debajo del cielo se reúnan en un solo lugar, y que aparezca lo seco!» Y así sucedió.
En sus nubes envuelve las aguas, pero las nubes no revientan con su peso.
Tú haces que los manantiales viertan sus aguas en las cañadas, y que fluyan entre las montañas.
Al que con inteligencia hizo los cielos; su gran amor perdura para siempre.
Alabadle vosotros, altísimos cielos, y vosotras, las aguas que estáis sobre los cielos.
Los cielos cuentan la gloria de Dios, el firmamento proclama la obra de sus manos.
Cuando las nubes están cargadas, derraman su lluvia sobre la tierra. Si el árbol cae hacia el sur, o cae hacia el norte, donde cae allí se queda.
Los discípulos no salían de su asombro, y decían: «¿Qué clase de hombre es este, que hasta los vientos y las olas le obedecen?»