Nubes y viento, y nada de lluvia, es quien presume de dar y nunca da nada.
Gálatas 6:3 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Si alguien cree ser algo, cuando en realidad no es nada, se engaña a sí mismo. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Porque el que se cree ser algo, no siendo nada, a sí mismo se engaña. Biblia Nueva Traducción Viviente Si te crees demasiado importante para ayudar a alguien, solo te engañas a ti mismo. No eres tan importante. Biblia Católica (Latinoamericana) Si alguno se cree algo, cuando no es nada, se engaña a sí mismo. La Biblia Textual 3a Edicion Porque si alguno supone que es algo, siendo nada, se engaña a sí mismo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pues si alguno cree que es algo, no siendo nada, se engaña a sí mismo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque si alguno piensa de sí que es algo, no siendo nada, a sí mismo se engaña. |
Nubes y viento, y nada de lluvia, es quien presume de dar y nunca da nada.
¿Te has fijado en quien se cree muy sabio? Más se puede esperar de un necio que de gente así.
El fariseo se puso a orar consigo mismo: “Oh Dios, te doy gracias porque no soy como otros hombres —ladrones, malhechores, adúlteros— ni mucho menos como ese recaudador de impuestos.
Hace algún tiempo surgió Teudas, jactándose de ser alguien, y se le unieron unos cuatrocientos hombres. Pero lo mataron y todos sus seguidores se dispersaron y allí se acabó todo.
Vivid en armonía los unos con los otros. No seáis arrogantes, sino haceos solidarios con los humildes. No os creáis que sois los únicos que sabéis.
Por la gracia que se me ha dado, os digo a todos vosotros: Nadie tenga un concepto de sí más alto que el que debe tener, sino más bien piense de sí mismo con moderación, según la medida de fe que Dios le haya dado.
Si tengo el don de profecía y entiendo todos los misterios y poseo todo conocimiento, y si tengo una fe que logra trasladar montañas, pero me falta el amor, no soy nada.
Que nadie se engañe. Si alguno de vosotros se cree sabio según las normas de esta época, hágase ignorante para llegar así a ser sabio.
Me he portado como un insensato, pero vosotros me habéis obligado a ello. Vosotros debíais haberme elogiado, pues de ningún modo soy inferior a los «superapóstoles», aunque yo no soy nada.
No es que nos consideremos competentes en nosotros mismos. Nuestra capacidad viene de Dios.
En cuanto a los que eran reconocidos como personas importantes —aunque no me interesa lo que fueran, porque Dios no juzga por las apariencias—, esos tales no me impusieron nada nuevo.
En efecto, Jacobo, Pedro y Juan, que eran considerados columnas, al reconocer la gracia que yo había recibido, nos dieron la mano a Bernabé y a mí en señal de compañerismo, de modo que nosotros fuéramos a los gentiles y ellos a los judíos.
mientras que esos malvados embaucadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados.
No os contentéis solo con escuchar la palabra, pues así os engañáis vosotros mismos. Llevadla a la práctica.
Si alguien se cree religioso, pero no le pone freno a su lengua, se engaña a sí mismo, y su religión no sirve para nada.
Si afirmamos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y no tenemos la verdad.