El enviado de Dios comunica el mensaje divino, pues Dios mismo le da su Espíritu sin restricción.
Gálatas 3:23 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Antes de venir esta fe, la ley nos tenía presos, encerrados hasta que la fe se revelara. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Pero antes que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada. Biblia Nueva Traducción Viviente Antes de que se nos abriera el camino de la fe en Cristo, estábamos vigilados por la ley. Nos mantuvo en custodia protectora, por así decirlo, hasta que fuera revelado el camino de la fe. Biblia Católica (Latinoamericana) Hasta que no llegaran los tiempos de la fe, la Ley nos guardaba bajo llave, a la espera de la fe que se iba a revelar. La Biblia Textual 3a Edicion Y antes que viniera la fe, estábamos encerrados bajo la ley, confinados para la fe que iba a ser revelada. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Antes de que viniera la fe, estábamos encerrados bajo la custodia de la ley, en espera de la fe que había de revelarse. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pero antes que viniese la fe, estábamos guardados bajo la ley, encerrados para aquella fe que había de ser revelada. |
El enviado de Dios comunica el mensaje divino, pues Dios mismo le da su Espíritu sin restricción.
En fin, Dios ha sujetado a todos a la desobediencia, con el fin de tener misericordia de todos.
Ahora bien, sabemos que todo lo que dice la ley, lo dice a quienes están sujetos a ella, para que todo el mundo se calle y quede convicto delante de Dios.
Entonces, ¿cuál era el propósito de la ley? Fue añadida por causa de las transgresiones hasta que viniera la descendencia a la cual se hizo la promesa. La ley se promulgó por medio de ángeles, por conducto de un mediador.
Decidme, los que queréis estar bajo la ley: ¿por qué no prestáis atención a lo que la ley misma dice?
Todos ellos vivieron por la fe, y murieron sin haber recibido las cosas prometidas; más bien, las reconocieron a lo lejos, y confesaron que eran extranjeros y peregrinos en la tierra.
Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien, por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios.