Ahora, pues, buscad al Señor vuestro Dios de todo corazón y con toda el alma. Comenzad la construcción del santuario de Dios el Señor, para que trasladéis el arca del pacto y los utensilios sagrados al templo que se construirá en su honor».
Éxodo 9:21 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 pero otros no hicieron caso de la palabra del Señor y dejaron en el campo a sus esclavos y ganados. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 mas el que no puso en su corazón la palabra de Jehová, dejó sus criados y sus ganados en el campo. Biblia Nueva Traducción Viviente pero los que no hicieron caso a la palabra del Señor dejaron a los suyos a la intemperie. Biblia Católica (Latinoamericana) pero aquellos que no hicieron caso a la palabra de Yavé los dejaron en el campo. La Biblia Textual 3a Edicion Pero el que no puso en su corazón la palabra de YHVH, dejó a sus siervos y sus ganados en el campo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 pero los que no prestaron oídos a la palabra de Yahveh dejaron a sus siervos y a sus ganados en el campo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Mas el que no puso en su corazón la palabra de Jehová, dejó sus criados y sus ganados en el campo. |
Ahora, pues, buscad al Señor vuestro Dios de todo corazón y con toda el alma. Comenzad la construcción del santuario de Dios el Señor, para que trasladéis el arca del pacto y los utensilios sagrados al templo que se construirá en su honor».
»¿Qué es el hombre, que le das tanta importancia, que tanta atención le concedes,
Algunos funcionarios del faraón temieron la palabra del Señor y se apresuraron a poner bajo techo a sus esclavos y ganados,
Entonces el Señor le dijo a Moisés: «Levanta los brazos al cielo, para que en todo Egipto caiga granizo sobre la gente y los animales, y sobre todo lo que crece en el campo».
El prudente ve el peligro y lo evita; el inexperto sigue adelante y sufre las consecuencias.
Aquel hombre me dijo: «Hijo de hombre, abre los ojos y presta atención a todo lo que voy a mostrarte, pues para eso se te ha traído aquí. Ve luego y comunícale a Israel todo lo que veas».
Entonces me dijo: “No tengas miedo, Daniel. Tu petición fue escuchada desde el primer día en que te propusiste ganar entendimiento y humillarte ante tu Dios. En respuesta a ella estoy aquí.
Al verla agonizante, las parteras que la atendían le dijeron: «Anímate, que has dado a luz un niño». Ella no respondió; ni siquiera les hizo caso.