En torno al borde inferior del manto pondrás granadas de púrpura, carmesí y escarlata, alternándolas con campanillas de oro.
Éxodo 39:26 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Las campanillas y las granadas se colocaron, en forma alternada, en todo el borde inferior del manto que debía llevarse para ejercer el ministerio, como se lo mandó el Señor a Moisés. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 una campanilla y una granada, otra campanilla y otra granada alrededor, en las orillas del manto, para ministrar, como Jehová lo mandó a Moisés. Biblia Nueva Traducción Viviente de modo que las campanillas y las granadas quedaron en forma alternada por todo el borde. El sacerdote llevaba puesto el manto cada vez que oficiaba delante del Señor, tal como el Señor le había ordenado a Moisés. Biblia Católica (Latinoamericana) alternando una campanilla y una granada en la parte inferior del manto, como Yavé había ordenado a Moisés. La Biblia Textual 3a Edicion Una campanilla y una granada, una campanilla y una granada alrededor, en las orillas del manto para ministrar, como YHVH había ordenado a Moisés. Biblia Serafín de Ausejo 1975 En todo el borde inferior del manto con que se había de oficiar alternaban una campanilla y una granada, una campanilla y una granada, como lo había ordenado Yahveh a Moisés. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Una campanilla y una granada, una campanilla y una granada alrededor, en las orillas del manto, para ministrar; como Jehová lo había mandado a Moisés. |
En torno al borde inferior del manto pondrás granadas de púrpura, carmesí y escarlata, alternándolas con campanillas de oro.
Por todo el borde del manto pondrás primero una campanilla y luego una granada.
lo mismo que campanillas de oro puro, las cuales se colocaron en todo el borde inferior, entre las granadas.
Para Aarón y sus hijos se hicieron túnicas de lino tejidas artísticamente,
Tus pechos son un huerto de granadas con frutos exquisitos, con flores de nardo y azahar;
Tus labios son cual cinta escarlata; tus palabras me tienen hechizado. Tus mejillas, tras el velo, parecen dos mitades de granadas.
En esto, una mujer que hacía doce años que padecía de hemorragias se le acercó por detrás y le tocó el borde del manto.