A causa de la reprensión del Señor, y por el resoplido de su enojo, las cuencas del mar quedaron a la vista; ¡al descubierto quedaron los cimientos de la tierra!
Éxodo 15:8 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Bastó un soplo de tu nariz para que se amontonaran las aguas. Las olas se irguieron como murallas; ¡se inmovilizaron las aguas en el fondo del mar! Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Al soplo de tu aliento se amontonaron las aguas; Se juntaron las corrientes como en un montón; Los abismos se cuajaron en medio del mar. Biblia Nueva Traducción Viviente Al soplido de tu aliento, ¡las aguas se apilaron! El impetuoso oleaje se quedó firme como un muro; en el corazón del mar las aguas se endurecieron. Biblia Católica (Latinoamericana) Al soplo de tus narices retroceden las aguas,
las olas se paran como murallas;
los torbellinos cuajan en medio del mar. La Biblia Textual 3a Edicion Con el viento de tus narices, Se amontonaron las aguas, Fluyeron erguidas como dique, Los abismos se cuajaron, En el corazón del mar. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Al soplo de tu ira se aglomeran las aguas, se alzan las olas como un dique, se cuajan los abismos en el corazón del mar. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Al soplo de tu aliento se amontonaron las aguas; se juntaron las corrientes como en un montón; los abismos se cuajaron en medio del mar. |
A causa de la reprensión del Señor, y por el resoplido de su enojo, las cuencas del mar quedaron a la vista; ¡al descubierto quedaron los cimientos de la tierra!
Él recoge en un cántaro el agua de los mares, y junta en vasijas los océanos.
Partió el mar en dos para que ellos lo cruzaran, mientras mantenía las aguas firmes como un muro.
Los israelitas, sin embargo, cruzaron el mar sobre tierra seca, pues para ellos el mar formó una muralla de agua a la derecha y otra a la izquierda.
sino que juzgará con justicia a los desvalidos, y dará un fallo justo en favor de los pobres de la tierra. Destruirá la tierra con la vara de su boca; matará al malvado con el aliento de sus labios.
¡Mira! Voy a poner un espíritu en él, de manera que cuando oiga cierto rumor regrese a su propio país. ¡Allí haré que lo maten a filo de espada!”»
las montañas te ven y se retuercen. Pasan los torrentes de agua, y ruge el abismo, levantando sus manos.
Entonces se manifestará aquel malvado, a quien el Señor Jesús derrocará con el soplo de su boca y destruirá con el esplendor de su venida.
Tan pronto como los sacerdotes que llevan el arca del Señor, Soberano de toda la tierra, pongan pie en el Jordán, las aguas dejarán de correr y se detendrán formando un muro».
estas dejaron de fluir y formaron un muro que se veía a gran distancia, más o menos a la altura del pueblo de Adán, junto a la fortaleza de Saretán. A la vez, dejaron de correr las aguas que fluían en el mar del Arabá, es decir, el Mar Muerto, y así el pueblo pudo cruzar hasta quedar frente a Jericó.