Dios se acordó entonces de Noé y de todos los animales salvajes y domésticos que estaban con él en el arca. Hizo que soplara un fuerte viento sobre la tierra, y las aguas comenzaron a bajar.
Éxodo 15:10 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Pero con un soplo tuyo se los tragó el mar; ¡se hundieron como plomo en las aguas turbulentas! Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Soplaste con tu viento; los cubrió el mar; Se hundieron como plomo en las impetuosas aguas. Biblia Nueva Traducción Viviente Pero tú soplaste con tu aliento, y el mar los cubrió. Se hundieron como plomo en las poderosas aguas. Biblia Católica (Latinoamericana) Mandaste tu soplo y el mar los cubrió,
y se hundieron como plomo en las aguas majestuosas. La Biblia Textual 3a Edicion Pero soplaste con tu viento, Y los cubrió el mar, Se hundieron como el plomo En las aguas impetuosas. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Soplaste con tu aliento y el mar los cubrió, se hundieron, como plomo, en las procelosas aguas. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Soplaste con tu viento, los cubrió el mar; se hundieron como plomo en las impetuosas aguas. |
Dios se acordó entonces de Noé y de todos los animales salvajes y domésticos que estaban con él en el arca. Hizo que soplara un fuerte viento sobre la tierra, y las aguas comenzaron a bajar.
La batalla se extendió por toda el área, de modo que el bosque causó más muertes que la espada misma.
A la vista de ellos abriste el mar, y lo cruzaron sobre terreno seco. Pero arrojaste a sus perseguidores en lo más profundo del mar, como piedra en aguas caudalosas.
Levanta las nubes desde los confines de la tierra; envía relámpagos con la lluvia y saca de sus depósitos a los vientos.
Pero envía su palabra y lo derrite; hace que el viento sople, y las aguas fluyen.
Moisés extendió su brazo sobre el mar, y toda la noche el Señor envió sobre el mar un recio viento del este que lo hizo retroceder, convirtiéndolo en tierra seca. Las aguas del mar se dividieron,
Las aguas profundas se los tragaron; ¡como piedras se hundieron en los abismos!
»¿Quién ha subido a los cielos y descendido de ellos? ¿Quién puede atrapar el viento en su puño o envolver el mar en su manto? ¿Quién ha establecido los límites de la tierra? ¿Quién conoce su nombre o el de su hijo?
Secará el Señor el golfo del mar de Egipto; pasará su mano sobre el río Éufrates y lanzará un viento ardiente; lo dividirá en siete arroyos para que lo puedan cruzar en sandalias.
Cuando él deja oír su voz, rugen las aguas en los cielos; hace que vengan las nubes desde los confines de la tierra. Entre relámpagos hace llover, y saca de sus depósitos al viento.
Allí gritan: “¡El faraón es puro ruido! ¡el rey de Egipto ya perdió su oportunidad!”
He aquí el que forma las montañas, el que crea el viento, el que revela al hombre sus designios, el que convierte la aurora en tinieblas, el que marcha sobre las alturas de la tierra: su nombre es el Señor Dios Todopoderoso.
Los discípulos no salían de su asombro, y decían: «¿Qué clase de hombre es este, que hasta los vientos y las olas le obedecen?»
Vosotros visteis lo que hizo contra el ejército de los egipcios, y cómo desató las aguas del Mar Rojo sobre sus caballos y carros de guerra, cuando estos os perseguían a vosotros. El Señor los destruyó para siempre.