Sin embargo, preguntas: “¿Y Dios qué sabe? ¿Puede acaso juzgar a través de las tinieblas?
Éxodo 14:24 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Cuando ya iba a amanecer, el Señor miró al ejército egipcio desde la columna de fuego y de nube, y sembró la confusión entre ellos: Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Aconteció a la vigilia de la mañana, que Jehová miró el campamento de los egipcios desde la columna de fuego y nube, y trastornó el campamento de los egipcios, Biblia Nueva Traducción Viviente Pero poco antes del amanecer, el Señor miró al ejército egipcio desde la columna de fuego y de nube, y causó gran confusión en sus fuerzas de combate. Biblia Católica (Latinoamericana) Llegada la madrugada, Yavé miró a los egipcios desde el fuego y la nube, y provocó el desorden en el ejército de Faraón. La Biblia Textual 3a Edicion Pero en la vigilia del alba, aconteció que YHVH miró desde la columna de fuego y desde la nube al campamento de los egipcios, y perturbó el campamento de los egipcios, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Sucedió que, llegada la vigilia matutina, miró Yahveh desde la columna de fuego y de nube a las huestes de los egipcios y sembró la confusión en ellas. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y aconteció que a la vigilia de la mañana, Jehová miró el ejército de los egipcios desde la columna de fuego y de la nube, y perturbó el ejército de los egipcios. |
Sin embargo, preguntas: “¿Y Dios qué sabe? ¿Puede acaso juzgar a través de las tinieblas?
Perecen de pronto, en medio de la noche; la gente se estremece y muere; los poderosos son derrocados sin intervención humana.
¿Pero quién puede condenarlo si él decide guardar silencio? ¿Quién puede verlo si oculta su rostro? Él está por encima de pueblos y personas,
mira a los soberbios, y somételos; aplasta a los malvados donde se hallen.
Él mira la tierra y la hace temblar; toca los montes y los hace echar humo.
Mil años, para ti, son como el día de ayer, que ya pasó; son como unas cuantas horas de la noche.
De día, el Señor iba al frente de ellos en una columna de nube para indicarles el camino; de noche, los alumbraba con una columna de fuego. De ese modo podían viajar de día y de noche.
hizo que las ruedas de sus carros se atascaran, de modo que se les hacía muy difícil avanzar. Entonces exclamaron los egipcios: «¡Alejémonos de los israelitas, pues el Señor está peleando por ellos y contra nosotros!»
Aunque vayan al destierro delante de sus enemigos, allí ordenaré que los mate la espada. Para mal, y no para bien, fijaré en ellos mis ojos».
Al día siguiente, antes del amanecer, Saúl organizó a los soldados en tres columnas. Invadieron el campamento de los amonitas, e hicieron una masacre entre ellos hasta la hora más calurosa del día. Los que sobrevivieron fueron dispersados, así que no quedaron dos hombres juntos.