En cada provincia y ciudad adonde llegaban el edicto y la orden del rey había alegría y regocijo entre los judíos, con banquetes y festejos. Y muchas personas de otros pueblos se hicieron judíos por miedo a ellos.
Ester 9:27 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 los judíos establecieron para ellos y sus descendientes, y para todos los que se les unieran, la costumbre de celebrar sin falta estos dos días cada año, según la manera prescrita y en la fecha fijada. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 los judíos establecieron y tomaron sobre sí, sobre su descendencia y sobre todos los allegados a ellos, que no dejarían de celebrar estos dos días según está escrito tocante a ellos, conforme a su tiempo cada año; Biblia Nueva Traducción Viviente los judíos de todo el reino se pusieron de acuerdo para iniciar esa tradición y pasarla a sus descendientes y a todos los que se hacían judíos. Declararon que jamás dejarían de celebrar cada año esos dos días prescritos en la fecha señalada. Biblia Católica (Latinoamericana) los judíos establecieron esta regla para ellos, para sus descendientes y para todos los que se les juntaran, que celebrarían cada año, para la fecha indicada, sin faltar nunca, esos dos días, según la norma prescrita. La Biblia Textual 3a Edicion los judíos establecieron y tomaron sobre sí y sobre su descendencia y sobre todos los que se unieran a ellos, de modo que nunca fuera anulado,° el continuar observando estos dos días según está escrito respecto a ellos, y según su tiempo señalado, en cada año, Biblia Serafín de Ausejo 1975 fijaron y aceptaron los judíos para sí; para su descendencia y para cuantos a ellos se unieran, que no dejarían de celebrar estos dos días, a fecha fija y todos los años; conforme a lo que había sido establecido. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Los judíos ordenaron y tomaron sobre sí, y sobre su simiente, y sobre todos los que se aliaron con ellos, y no será traspasado; que habrían de celebrar estos dos días según está escrito tocante a ellos, conforme a su tiempo cada año; |
En cada provincia y ciudad adonde llegaban el edicto y la orden del rey había alegría y regocijo entre los judíos, con banquetes y festejos. Y muchas personas de otros pueblos se hicieron judíos por miedo a ellos.
Mardoqueo registró estos acontecimientos y envió cartas a todos los judíos de todas las provincias lejanas y cercanas del rey Asuero,
exigiéndoles que celebraran cada año los días catorce y quince del mes de adar
Toda familia, y cada provincia y ciudad, debía recordar y celebrar estos días en cada generación. Y estos días de Purim no debían dejar de festejarse entre los judíos, ni debía morir su recuerdo entre sus descendientes.
Así ellos pondrían su confianza en Dios y no se olvidarían de sus proezas, sino que cumplirían sus mandamientos.
Muchos pueblos vendrán y dirán: «¡Venid, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob!, para que nos enseñe sus caminos y andemos por sus sendas». Porque de Sión saldrá la ley, de Jerusalén, la palabra del Señor.
El extranjero que por su propia voluntad se ha unido al Señor no debe decir: «El Señor me excluirá de su pueblo». Tampoco debe decir el eunuco: «No soy más que un árbol seco».
Y a los extranjeros que se han unido al Señor para servirle, para amar el nombre del Señor y adorarlo, a todos los que observan el sábado sin profanarlo y se mantienen firmes en mi pacto,
Tú te acordarás de tu conducta pasada, y te avergonzarás cuando yo acoja a tus hermanas, la mayor y la menor, para dártelas como hijas, aunque no participan de mi alianza contigo.
»En aquel día, muchas naciones se unirán al Señor. Ellas serán mi pueblo, y yo habitaré entre ellas. »Así sabréis que el Señor Todopoderoso es quien me ha enviado a vosotros.
»Así dice el Señor Todopoderoso: “En aquellos días habrá mucha gente, de todo idioma y de toda nación, que tomará a un judío por el borde de su capa y le dirá: ¡Déjanos acompañarte! ¡Hemos sabido que Dios está con vosotros!”»
porque en la comunidad regirá un solo estatuto para ti y para el extranjero que viva en tus ciudades. Será un estatuto perpetuo para todos tus descendientes. Tú y el extranjero sois iguales ante el Señor,
No fue con nuestros padres con quienes el Señor hizo ese pacto, sino con nosotros, con todos los que hoy estamos vivos aquí.
Entonces Josué hizo con ellos un trato de ayuda mutua y se comprometió a perdonarles la vida. Y los jefes israelitas ratificaron el trato.
de que todos los años, durante cuatro días, las muchachas de Israel fueran a conmemorar la muerte de la hija de Jefté de Galaad.
Aquel día David estableció esa norma como ley en Israel, la cual sigue vigente hasta el día de hoy.