La reconstrucción del templo se terminó el día tres del mes de adar, en el año sexto del reinado de Darío.
Ester 9:21 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 exigiéndoles que celebraran cada año los días catorce y quince del mes de adar Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 ordenándoles que celebrasen el día decimocuarto del mes de Adar, y el decimoquinto del mismo, cada año, Biblia Nueva Traducción Viviente para motivarlos a celebrar cada año un festival durante esos dos días. Biblia Católica (Latinoamericana) Les ordenaba que celebraran cada año los días catorce y quince del mes de Adar. La Biblia Textual 3a Edicion ordenándoles que cada año celebraran el día catorce y quince del mes de Adar, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Les ordenó celebrar el día catorce y el día quince del mes de Adar, todos los años, Biblia Reina Valera Gómez (2023) ordenándoles que celebrasen el día decimocuarto del mes de Adar, y el decimoquinto del mismo, cada año, |
La reconstrucción del templo se terminó el día tres del mes de adar, en el año sexto del reinado de Darío.
Para determinar el día y el mes, se echó el pur, es decir, la suerte, en presencia de Amán, en el mes primero, que es el mes de nisán, del año duodécimo del reinado de Asuero. Y la suerte cayó sobre el mes doce, el mes de adar.
Esto sucedió el día trece del mes de adar. El día catorce descansaron, y lo celebraron con un alegre banquete.
En cambio, los judíos de Susa que se habían reunido el trece y el catorce descansaron el día quince, y lo celebraron con un alegre banquete.
Mardoqueo registró estos acontecimientos y envió cartas a todos los judíos de todas las provincias lejanas y cercanas del rey Asuero,
como el tiempo en que los judíos se libraron de sus enemigos, y como el mes en que su aflicción se convirtió en alegría, y su dolor en día de fiesta. Por eso debían celebrarlos como días de banquete y de alegría, compartiendo los alimentos los unos con los otros y dándoles regalos a los pobres.
los judíos establecieron para ellos y sus descendientes, y para todos los que se les unieran, la costumbre de celebrar sin falta estos dos días cada año, según la manera prescrita y en la fecha fijada.
La reina Ester, hija de Abijaíl, junto con Mardoqueo el judío, escribieron con plena autoridad para confirmar esta segunda carta con respecto a los días de Purim.