Ester 2:18 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Luego el rey ofreció un gran banquete en honor de Ester para todos sus funcionarios y servidores. Declaró un día de fiesta en todas las provincias y distribuyó regalos con generosidad digna de un rey. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Hizo luego el rey un gran banquete a todos sus príncipes y siervos, el banquete de Ester; y disminuyó tributos a las provincias, e hizo y dio mercedes conforme a la generosidad real. Biblia Nueva Traducción Viviente Para celebrar la ocasión, ofreció un gran banquete en honor de Ester a todos sus nobles y funcionarios, decretó día de fiesta para las provincias y entregó generosos regalos a todos. Biblia Católica (Latinoamericana) Después de eso, el rey dio un gran banquete en honor de Ester a todos los altos funcionarios y a sus cortesanos; otorgó un día feriado en todas las provincias y distribuyó regalos con una real generosidad. La Biblia Textual 3a Edicion Y el rey celebró un gran banquete para todos sus príncipes y servidores: el banquete de Ester; y condonó tributos° a las provincias, y dio presentes conforme a la generosidad del rey. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Dio el rey un gran festín a todos sus grandes y servidores: el festín de Ester. También decretó un día de descanso para las provincias y repartió dones con regia liberalidad. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces el rey hizo un gran banquete para todos sus príncipes y siervos, el banquete de Esther. Y alivió de impuestos a las provincias, y dio presentes conforme a la generosidad del rey. |
También los levitas tranquilizaban a todo el pueblo. Les decían: «¡Tranquilos! ¡No estéis tristes, que este es un día santo!»
En copas de oro de las más variadas formas se servía el vino real, el cual corría a raudales, como era de esperarse del rey.
como el tiempo en que los judíos se libraron de sus enemigos, y como el mes en que su aflicción se convirtió en alegría, y su dolor en día de fiesta. Por eso debían celebrarlos como días de banquete y de alegría, compartiendo los alimentos los unos con los otros y dándoles regalos a los pobres.
¡Salid, mujeres de Sión! ¡Contemplad al rey Salomón! ¡Lleva puesta la corona que le ciñó su madre el día en que contrajo matrimonio, el día en que se alegró su corazón!
He entrado ya en mi jardín, hermana y novia mía, y en él recojo mirra y bálsamo; allí me sacio del panal y de su miel; allí bebo mi vino y mi leche. ¡Comed y bebed, amigos, y embriagaos de amor!
«El reino de los cielos es como un rey que preparó un banquete de bodas para su hijo.
Por fin se presentó la oportunidad. En su cumpleaños, Herodes dio un banquete a sus altos oficiales, a los comandantes militares y a los notables de Galilea.
―Cuando alguien te invite a una fiesta de bodas, no te sientes en el lugar de honor, no sea que haya algún invitado más distinguido que tú.
Los habitantes de la tierra se alegrarán de su muerte y harán fiesta e intercambiarán regalos, porque estos dos profetas les estaban haciendo la vida imposible.
El ángel me dijo: «Escribe: “¡Dichosos los que han sido convidados a la cena de las bodas del Cordero!”» Y añadió: «Estas son las palabras verdaderas de Dios».
Pregúntales a tus criados, y ellos mismos te lo confirmarán. Por tanto, te agradeceré que recibas bien a mis hombres, pues este día hay que celebrarlo. Dales, por favor, a tus siervos y a tu hijo David lo que tengas a mano”».