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Esdras 4:20 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

que en Jerusalén hubo reyes poderosos, gobernantes de toda la región al oeste del río Éufrates, a quienes se les pagaban impuestos, tributos y rentas.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

y que hubo en Jerusalén reyes fuertes que dominaron en todo lo que hay más allá del río, y que se les pagaba tributo, impuesto y rentas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Reyes poderosos han gobernado Jerusalén y toda la provincia al occidente del río Éufrates, y han recibido tributos, derechos aduaneros y peajes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Poderosos reyes reinaron en Jerusalén en la provincia más allá del Río, a los que se les pagaba tributo, impuestos y peaje.

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La Biblia Textual 3a Edicion

y que en Jerusalem hubo reyes fuertes que dominaban toda la región de Más Allá del Río y que se les pagaban tributos, contribuciones e impuestos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Hubo en Jerusalén reyes poderosos que reinaron en todo el territorio de la Transeufratina, a los que se pagaban tributos, impuestos y gabelas.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

y que reyes fuertes hubo en Jerusalén, quienes señorearon en todas las provincias que están más allá del río; y que se les pagaba tributo, impuesto y rentas.

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Lòt tradiksyon



Esdras 4:20
23 Referans Kwoze  

En aquel día el Señor hizo un pacto con Abram. Le dijo: ―A tus descendientes les daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el gran río, el Éufrates.


Salomón gobernaba sobre todos los reinos desde el río Éufrates hasta la tierra de los filisteos y la frontera con Egipto. Mientras Salomón vivió, todos estos países fueron sus vasallos tributarios.


El dominio de Salomón se extendía sobre todos los reinos al oeste del río Éufrates, desde Tifsa hasta Gaza, y disfrutaba de paz en todas sus fronteras.


El rey Hiram de Tiro siempre había tenido buenas relaciones con David, así que, al saber que Salomón había sido ungido para suceder en el trono a su padre David, le mandó una embajada.


Pues bien, ahora el Señor mi Dios me ha dado paz por todas partes, de modo que no me amenazan ni adversarios ni calamidades.


También puso guarniciones en Edom, de modo que los edomitas pasaron a ser vasallos tributarios de David. En todas sus campañas, el Señor le daba la victoria.


Además, David derrotó en Jamat a Hadad Ezer, rey de Sobá, cuando este se dirigía a establecer su dominio sobre la región del río Éufrates.


También puso guarniciones en Damasco, de modo que los sirios pasaron a ser vasallos tributarios de David. En todas las campañas de David, el Señor le daba la victoria.


Al ver que los sirios habían sido derrotados por los israelitas, todos los vasallos de Hadad Ezer hicieron la paz con David y se sometieron a él. A partir de entonces, los sirios se negaron a ir en auxilio de los amonitas.


Aun algunos filisteos le llevaron a Josafat, como tributo, regalos y plata. Los árabes también le llevaron siete mil setecientos carneros y siete mil setecientos machos cabríos.


sin contar los impuestos que pagaban los mercaderes y comerciantes. También los reyes de Arabia y los gobernadores del país le llevaban oro y plata a Salomón.


Sepa también el rey que, si esta gente reconstruye la ciudad y termina la muralla, sus habitantes se rebelarán y no pagarán tributos, ni impuestos ni contribución alguna, lo cual sería perjudicial para el tesoro real.


Por eso te advertimos que, si esa ciudad es reconstruida y la muralla levantada, el rey perderá el dominio de la región al oeste del Éufrates.


Di orden de investigar en los archivos y, en efecto, se encontró que anteriormente en dicha ciudad se fraguaron sediciones y se tramaron rebeliones contra los reyes;


Por eso, ordenadles a esos hombres que cesen sus labores, que suspendan la reconstrucción de la ciudad, hasta que yo promulgue un nuevo edicto.


También ordeno que exoneréis de impuestos a los sacerdotes, levitas, cantores, porteros y servidores del templo de Dios.


Que domine el rey de mar a mar, desde el río Éufrates hasta los confines de la tierra.


¡Ay, cuán desolada se encuentra la que fue ciudad populosa! ¡Tiene apariencia de viuda la que fue grande entre las naciones! ¡Hoy es esclava de las provincias la que fue gran señora entre ellas!


Sus ramas crecieron vigorosas, ¡aptas para ser cetros de reyes! Tanto creció que se destacaba por encima del follaje. Se la reconocía por su altura y por sus ramas frondosas.


Al irse de allí, Jesús vio a un hombre llamado Mateo, sentado a la mesa de recaudación de impuestos. «Sígueme», le dijo. Mateo se levantó y lo siguió.