Como nosotros somos tus vasallos, no podemos permitir que se te deshonre. Por eso te enviamos esta denuncia.
Esdras 4:13 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Sepa también el rey que, si esta gente reconstruye la ciudad y termina la muralla, sus habitantes se rebelarán y no pagarán tributos, ni impuestos ni contribución alguna, lo cual sería perjudicial para el tesoro real. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Ahora sea notorio al rey, que si aquella ciudad fuere reedificada, y los muros fueren levantados, no pagarán tributo, impuesto y rentas, y el erario de los reyes será menoscabado. Biblia Nueva Traducción Viviente El rey también debería saber que, si esa ciudad se reconstruye y se completan sus murallas, su reino se verá perjudicado, porque los judíos se negarán a pagar los tributos, los derechos aduaneros y los peajes correspondientes. Biblia Católica (Latinoamericana) Pero ha de saber el rey que si llegan a reconstruir la ciudad y levantan nuevamente sus murallas, no pagarán más tributos, impuestos ni peajes, y por último los reyes saldrán perdiendo. La Biblia Textual 3a Edicion Sepa ahora el rey que si esta ciudad es reedificada, y los muros terminados, no han de pagar tributo, impuesto o contribución alguna, con lo que se perjudicará el ingreso de los reyes.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Sepa el rey que, si éstos reconstruyen la ciudad y restauran sus murallas, no pagarán ya más tributos, impuestos ni gabelas, y en definitiva, serán los reyes los perjudicados. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Ahora sea notorio al rey, que si aquella ciudad fuere reedificada, y los muros fueren establecidos, ellos no pagarán tributo, ni impuesto, ni rentas, y el catastro de los reyes será menoscabado. |
Como nosotros somos tus vasallos, no podemos permitir que se te deshonre. Por eso te enviamos esta denuncia.
que en Jerusalén hubo reyes poderosos, gobernantes de toda la región al oeste del río Éufrates, a quienes se les pagaban impuestos, tributos y rentas.
También ordeno que exoneréis de impuestos a los sacerdotes, levitas, cantores, porteros y servidores del templo de Dios.
Había también quienes se quejaban: «Tuvimos que empeñar nuestros campos y viñedos para conseguir dinero prestado y así pagar el tributo al rey.
Aunque los insolentes me difaman, yo cumplo tus preceptos con todo el corazón.
―Sí, lo paga —respondió Pedro. Al entrar Pedro en la casa, se adelantó Jesús a preguntarle: ―¿Tú qué opinas, Simón? Los reyes de la tierra, ¿a quiénes cobran tributos e impuestos: a los suyos o a los demás?
Al irse de allí, Jesús vio a un hombre llamado Mateo, sentado a la mesa de recaudación de impuestos. «Sígueme», le dijo. Mateo se levantó y lo siguió.