»¡Alabad al Señor, porque él es bueno, y su gran amor perdura para siempre!
Esdras 3:11 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Todos daban gracias al Señor, y a una le cantaban esta alabanza: «Dios es bueno; su gran amor por Israel perdura para siempre». Y todo el pueblo alabó con grandes aclamaciones al Señor, porque se habían echado los cimientos del templo. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y cantaban, alabando y dando gracias a Jehová, y diciendo: Porque él es bueno, porque para siempre es su misericordia sobre Israel. Y todo el pueblo aclamaba con gran júbilo, alabando a Jehová porque se echaban los cimientos de la casa de Jehová. Biblia Nueva Traducción Viviente Con alabanza y agradecimiento entonaron el siguiente canto al Señor: «¡Él es tan bueno! ¡Su fiel amor por Israel permanece para siempre!». Luego todo el pueblo dio un fuerte grito, alabando al Señor, porque se habían echado los cimientos del templo del Señor. Biblia Católica (Latinoamericana) Entonaron este canto para alabar y celebrar a Yavé: '¡Porque es bueno, porque eterno es su amor para con Israel!' Todo el pueblo lanzaba grandes aclamaciones, y daba gracias a Yavé porque se habían puesto los cimientos del Templo de Yavé. La Biblia Textual 3a Edicion Y entonaron un cántico de alabanza y gratitud a YHVH: Porque es bueno, porque para siempre es su misericordia sobre Israel. Entonces todo el pueblo gritó con gran alegría alabando a YHVH porque los cimientos de la Casa de YHVH habían sido echados. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y cantaban alternativamente, alabando y ensalzando a Yahveh: 'Porque es bueno, porque es eterna su misericordia hacia Israel'. Y todo el pueblo prorrumpía a grandes voces en alabanzas a Yahveh, porque se habían echado ya los cimientos del templo de Yahveh. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y cantaban, alabando y dando gracias a Jehová, y decían: Porque Él es bueno, porque para siempre es su misericordia sobre Israel. Y todo el pueblo aclamaba con gran júbilo, alabando a Jehová, porque se echaban los cimientos de la casa de Jehová. |
»¡Alabad al Señor, porque él es bueno, y su gran amor perdura para siempre!
Con ellos nombró también a Hemán y a Jedutún, y a los demás que había escogido y designado por nombre para cantar al Señor: «Su gran amor perdura para siempre».
Los trompetistas y los cantores alababan y daban gracias al Señor al son de trompetas, címbalos y otros instrumentos musicales. Y, cuando tocaron y cantaron al unísono: «El Señor es bueno; su gran amor perdura para siempre», una nube cubrió el templo del Señor.
Al ver los israelitas que el fuego descendía y que la gloria del Señor se posaba sobre el templo, cayeron de rodillas y, postrándose rostro en tierra, alabaron al Señor diciendo: «Él es bueno; su gran amor perdura para siempre».
Los jefes de los levitas eran Jasabías, Serebías y Jesúa hijo de Cadmiel. Cuando les llegaba el turno de servicio, sus parientes se colocaban frente a ellos para la alabanza y la acción de gracias, según lo establecido por David, hombre de Dios.
Los dos coros ocuparon sus sitios en el templo de Dios. Lo mismo hicimos yo, la mitad de los oficiales del pueblo,
Porque el Señor es bueno y su gran amor es eterno; su fidelidad permanece para siempre.
Pero el amor del Señor es eterno y siempre está con los que le temen; su justicia está con los hijos de sus hijos,
¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor! Dad gracias al Señor, porque él es bueno; su gran amor perdura para siempre.
Dad gracias al Señor, porque él es bueno; su gran amor perdura para siempre.
Dad gracias al Señor, porque él es bueno; su gran amor perdura para siempre.
Señor, mi corazón no es orgulloso, ni son altivos mis ojos; no busco grandezas desmedidas, ni proezas que excedan a mis fuerzas.
Alabad al Señor, porque el Señor es bueno; cantad salmos a su nombre, porque eso es agradable.
Miriam les cantaba así: Cantad al Señor, que se ha coronado de triunfo arrojando al mar caballos y jinetes.
¡Canta y grita de alegría, habitante de Sión; realmente es grande, en medio de ti, el Santo de Israel!»
¡Cantad de alegría, cielos, que esto lo ha hecho el Señor! ¡Gritad con fuerte voz, profundidades de la tierra! ¡Prorrumpid en canciones, montañas; y bosques, con todos vuestros árboles! Porque el Señor ha redimido a Jacob, Dios ha manifestado su gloria en Israel.
Y se decían el uno al otro: «Santo, santo, santo es el Señor Todopoderoso; toda la tierra está llena de su gloria».
el grito de gozo y alegría, el canto del novio y de la novia, y la voz de los que traen a la casa del Señor ofrendas de acción de gracias y cantan: »” ‘Dad gracias al Señor Todopoderoso, porque el Señor es bueno, porque su amor es eterno’. Yo cambiaré la suerte de este país —afirma el Señor—, y volverá a ser como al principio”.
“¿Queda alguien entre vosotros que haya visto esta casa en su antiguo esplendor? ¿Qué os parece ahora? ¿No la veis como muy poca cosa?
¿Quién te crees tú, gigantesca montaña? ¡Ante Zorobabel solo eres una llanura! Y él sacará la piedra principal entre gritos de alabanza a su belleza”».
¡Alégrate mucho, hija de Sión! ¡Grita de alegría, hija de Jerusalén! Mira, tu rey viene hacia ti, justo, Salvador y humilde. Viene montado en un asno, en un pollino, cría de asna.
De generación en generación se extiende su misericordia a los que le temen.
Al resto del pueblo, en cambio, Josué le ordenó marchar en silencio, sin decir palabra alguna ni gritar hasta el día en que les diera la orden de gritar a gran voz.
A la séptima vuelta, los sacerdotes tocaron las trompetas, y Josué le ordenó al ejército: «¡Empezad a gritar! ¡El Señor os ha entregado la ciudad!
Cuando todos escuchéis el toque de guerra, el pueblo deberá gritar a gran voz. Entonces los muros de la ciudad se derrumbarán, y cada uno entrará sin impedimento».