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Esdras 2:68 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

Cuando llegaron al templo del Señor en Jerusalén, algunos jefes de familia dieron donativos para que se reconstruyera el templo de Dios en el mismo sitio.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Y algunos de los jefes de casas paternas, cuando vinieron a la casa de Jehová que estaba en Jerusalén, hicieron ofrendas voluntarias para la casa de Dios, para reedificarla en su sitio.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Cuando llegaron al templo del Señor en Jerusalén, algunos de los jefes de familia entregaron ofrendas voluntarias para la reconstrucción del templo de Dios en su sitio original,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Algunos jefes de familia al llegar al Templo de Yavé en Jerusalén hicieron ofrendas voluntarias para el Templo de Yavé, para que se lo reconstruyera en el mismo lugar.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y cuando llegaron a la Casa de YHVH, algunos de los cabezas de familia que estaban en Jerusalem, dieron ofrendas voluntarias para que reedificaran la Casa de Dios en sus propios cimientos.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Algunos de los cabezas de familia, cuando llegaron al templo de Yahveh, en Jerusalén, ofrecieron donativos voluntarios al templo de Dios, para que fuera reconstruido en su mismo emplazamiento.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y algunos de los jefes de los padres, cuando vinieron a la casa de Jehová la cual está en Jerusalén, ofrendaron voluntariamente para la casa de Dios, para levantarla en su mismo lugar.

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Lòt tradiksyon



Esdras 2:68
20 Referans Kwoze  

Entonces el ángel del Señor le dijo a Gad: «Dile a David que vaya y construya un altar para el Señor en la parcela de Ornán el jebuseo».


Entonces dijo David: «Aquí se levantará el templo de Dios el Señor, y también el altar donde Israel ofrecerá el holocausto».


Salomón comenzó a construir el templo del Señor en el monte Moria, en Jerusalén, donde el Señor se le había aparecido a su padre David. Lo construyó en el lugar que David había destinado, esto es, en la parcela de Arauna, el jebuseo.


cuatrocientos treinta y cinco camellos y seis mil setecientos veinte burros.


De acuerdo con sus capacidades económicas, dieron para la obra de reconstrucción cuatrocientos ochenta y ocho kilos de oro, dos mil setecientos cincuenta kilos de plata y cien túnicas sacerdotales.


A pesar del miedo que tenían de los pueblos vecinos, colocaron el altar en su mismo sitio. Y todos los días, por la mañana y por la tarde, ofrecían holocaustos al Señor.


Aunque somos esclavos, no nos has abandonado, Dios nuestro, sino que nos has extendido tu misericordia a la vista de los reyes de Persia. Nos has dado nueva vida para reedificar tu templo y reparar sus ruinas, y nos has brindado tu protección en Judá y en Jerusalén.


Tus tropas estarán dispuestas el día de la batalla, ordenadas en santa majestad. De las entrañas de la aurora recibirás el rocío de tu juventud.


«Ordena a los israelitas que me traigan una ofrenda. La deben presentar todos los que sientan deseos de traérmela.


y todos los que en su interior se sintieron movidos a hacerlo llevaron una ofrenda al Señor para las obras en la Tienda de reunión, para todo su servicio, y para las vestiduras sagradas.


Todos los israelitas que se sintieron movidos a hacerlo, lo mismo hombres que mujeres, presentaron al Señor ofrendas voluntarias para toda la obra que el Señor, por medio de Moisés, les había mandado hacer.


y les entregó todas las ofrendas que los israelitas habían llevado para realizar la obra del servicio del santuario. Pero, como día tras día el pueblo seguía llevando ofrendas voluntarias,


Porque, si uno lo hace de buena voluntad, lo que da es bien recibido según lo que tiene, y no según lo que no tiene.


Soy testigo de que dieron espontáneamente tanto como podían, y aún más de lo que podían,


Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría.