Esta es la lista de los descendientes de Adán. Cuando Dios creó al ser humano, lo hizo a semejanza de Dios mismo.
Efesios 4:24 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 y poneros el ropaje de la nueva naturaleza, creada a imagen de Dios, en verdadera justicia y santidad. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. Biblia Nueva Traducción Viviente Pónganse la nueva naturaleza, creada para ser a la semejanza de Dios, quien es verdaderamente justo y santo. Biblia Católica (Latinoamericana) Revístanse, pues, del hombre nuevo, el hombre según Dios que él crea en la verdadera justicia y santidad. La Biblia Textual 3a Edicion vestidos ya del nuevo hombre,° que fue creado según Dios° en la justicia y santidad de la verdad. Biblia Serafín de Ausejo 1975 y os revistáis del hombre nuevo, que ha sido creado a imagen de Dios en justicia y santidad de la verdad. Biblia Reina Valera Gómez (2023) y vestíos del nuevo hombre, que es creado según Dios, en justicia y en santidad verdadera. |
Esta es la lista de los descendientes de Adán. Cuando Dios creó al ser humano, lo hizo a semejanza de Dios mismo.
¡Despierta, Sión, despierta! ¡Revístete de poder! Jerusalén, ciudad santa, ponte tus vestidos de gala, que los incircuncisos e impuros no volverán a entrar en ti.
Se pondrá la justicia como coraza, y se cubrirá la cabeza con el casco de la salvación; se vestirá con ropas de venganza, y se envolverá en el manto de sus celos.
No os amoldéis al mundo actual, sino sed transformados mediante la renovación de vuestra mente. Así podréis comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.
La noche está muy avanzada y ya se acerca el día. Por eso, dejemos a un lado las obras de la oscuridad y pongámonos la armadura de la luz.
Más bien, revestíos del Señor Jesucristo, y no os preocupéis por satisfacer los deseos de la naturaleza pecaminosa.
Por tanto, mediante el bautismo fuimos sepultados con él en su muerte, a fin de que, así como Cristo resucitó por el poder del Padre, también nosotros llevemos una vida nueva.
Pero ahora, al morir a lo que nos tenía subyugados, hemos quedado libres de la ley, a fin de servir a Dios con el nuevo poder que nos da el Espíritu, y no por medio del antiguo mandamiento escrito.
Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser transformados según la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.
Porque lo corruptible tiene que revestirse de lo incorruptible, y lo mortal, de inmortalidad.
Así, todos nosotros, que con el rostro descubierto reflejamos como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados a su semejanza con más y más gloria por la acción del Señor, que es el Espíritu.
Por tanto, no nos desanimamos. Al contrario, aunque por fuera nos vamos desgastando, por dentro nos vamos renovando día tras día.
Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!
porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo os habéis revestido de Cristo.
Para nada cuenta estar o no estar circuncidados; lo que importa es ser parte de una nueva creación.
Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica.
pues anuló la ley con sus mandamientos y requisitos. Esto lo hizo para crear en sí mismo de los dos pueblos una nueva humanidad al hacer la paz,
Poneos toda la armadura de Dios para que podáis hacer frente a las artimañas del diablo.
Él se entregó por nosotros para rescatarnos de toda maldad y purificar para sí un pueblo elegido, dedicado a hacer el bien.
Pero con respecto al Hijo dice: «Tu trono, oh Dios, permanece por los siglos de los siglos, y el cetro de tu reino es un cetro de justicia.
desead con ansias la leche pura de la palabra, como niños recién nacidos. Así, por medio de ella, creceréis en vuestra salvación,
Así Dios nos ha entregado sus preciosas y magníficas promesas para que vosotros, después de escapar de la corrupción que hay en el mundo debido a los malos deseos, lleguéis a tener parte en la naturaleza divina.