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Eclesiastés 9:6 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

Sus amores, odios y pasiones llegan a su fin, y nunca más vuelven a tener parte en nada de lo que se hace en esta vida.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

También su amor y su odio y su envidia fenecieron ya; y nunca más tendrán parte en todo lo que se hace debajo del sol.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Lo que hayan hecho en su vida —amar, odiar, envidiar— pasó ya hace mucho. Ya no son parte de nada en este mundo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Pudieron amar, odiar, tener ambiciones: todo se perdió y nunca más tomarán parte en todo lo que se hace bajo el sol.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Han perecido con su amor, con su odio y con su envidia, y nunca más tendrán parte alguna en todo lo que se hace debajo del sol.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Perecieron sus amores, sus odios, sus envidias; jamás tomarán parte en cuanto acaece bajo el sol.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

También su amor, su odio y su envidia, fenecieron ya; y nunca más tendrán parte en todo lo que se hace debajo del sol.

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Lòt tradiksyon



Eclesiastés 9:6
11 Referans Kwoze  

Pero llegó al poder en Egipto otro rey que no había conocido a José,


El futuro de los justos es halagüeño; la esperanza de los malvados se desvanece.


No les negué a mis ojos ningún deseo, ni privé a mi corazón de placer alguno. Mi corazón disfrutó de todos mis afanes. ¡Solo eso saqué de tanto afanarme!


He visto, pues, que nada hay mejor para el hombre que disfrutar de su trabajo, ya que eso le ha tocado. Pues, ¿quién lo traerá para que vea lo que sucederá después de él?


En realidad, ¿quién sabe qué le conviene al hombre en esta breve y absurda vida suya, por donde pasa como una sombra? ¿Y quién puede decirle lo que sucederá en este mundo después de su muerte?


A todo esto me dediqué de lleno, y en todo esto comprobé que los justos y los sabios, y sus obras, están en las manos de Dios; que el hombre nada sabe del amor ni del odio, aunque los tenga ante sus ojos.


Yo decía: “Ya no veré más al Señor en esta tierra de los vivientes; ya no contemplaré más a los seres humanos, a los que habitan este mundo”.


y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre, y vete a la tierra de Israel, porque ya murieron los que amenazaban con quitarle la vida al niño».