»No aceptes soborno, porque nubla la vista y tuerce las sentencias justas.
Eclesiastés 7:7 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 La extorsión entorpece al sabio, y el soborno corrompe su corazón. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Ciertamente la opresión hace entontecer al sabio, y las dádivas corrompen el corazón. Biblia Nueva Traducción Viviente La extorsión vuelve necio al sabio, y el soborno corrompe el corazón. Biblia Católica (Latinoamericana) la corrupción pervierte incluso al sabio; los regalos ahogan la conciencia. La Biblia Textual 3a Edicion Ciertamente las presiones° perturban al sabio, Y el regalo corrompe el corazón. Biblia Serafín de Ausejo 1975 La opresión hace necio al sabio, y la dádiva corrompe el corazón. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Ciertamente la opresión hace enloquecer al sabio, y el soborno corrompe el corazón. |
»No aceptes soborno, porque nubla la vista y tuerce las sentencias justas.
El malvado acepta soborno en secreto, con lo que tuerce el curso de la justicia.
Vara mágica es el soborno para quien lo ofrece, pues todo lo que emprende lo consigue.
Luego me fijé en tanta opresión que hay en esta vida. Vi llorar a los oprimidos, y no había quien los consolara; el poder estaba del lado de sus opresores, y no había quien los consolara.
Si en alguna provincia ves que se oprime al pobre, y que a la gente se le niega un juicio justo, no te asombres de tales cosas; porque a un alto oficial lo vigila otro más alto, y por encima de ellos hay otros altos oficiales.
Todo esto vi al dedicarme de lleno a conocer todo lo que se hace en esta vida: hay veces que el hombre domina a otros para su propio mal.
Tus gobernantes son rebeldes, cómplices de ladrones; todos aman el soborno y van tras los regalos. No abogan por el huérfano, ni se ocupan de la causa de la viuda.
Solo el que procede con justicia y habla con rectitud, el que rechaza la ganancia de la extorsión y se sacude las manos para no aceptar soborno, el que no presta oído a las conjuras de asesinato y cierra los ojos para no contemplar el mal.
No pervertirás la justicia ni actuarás con parcialidad. No aceptarás soborno, pues el soborno nubla los ojos del sabio y tuerce las palabras del justo.
En esas naciones no hallarás paz ni descanso. El Señor mantendrá angustiado tu corazón; tus ojos se cansarán de anhelar, y tu corazón perderá toda esperanza.
Aquí me tenéis. Podéis acusarme en la presencia del Señor y de su ungido. ¿A quién le he robado un buey o un asno? ¿A quién he defraudado? ¿A quién he oprimido? ¿Por quién me he dejado sobornar? Acusadme, y pagaré lo que corresponda.
Aquis dijo entonces a sus oficiales: ―¿Pero qué, no os fijáis? ¡Ese hombre está loco! ¿Para qué me lo traéis?
Pero ninguno de los dos siguió el ejemplo de su padre, sino que ambos se dejaron guiar por la avaricia, aceptando sobornos y pervirtiendo la justicia.