Después me dirigí hacia la puerta de la Fuente y el estanque del Rey, pero no hallé por dónde pasar con mi cabalgadura.
Eclesiastés 2:6 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 También me construí aljibes para regar los muchos árboles que allí crecían. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Me hice estanques de aguas, para regar de ellos el bosque donde crecían los árboles. Biblia Nueva Traducción Viviente Construí represas para juntar agua con la cual regar todos mis huertos florecientes. Biblia Católica (Latinoamericana) Me hice cavar cisternas para regar mis plantaciones. La Biblia Textual 3a Edicion me hice estanques de agua, para regar con ellos el soto donde se cultivaban mis árboles; Biblia Serafín de Ausejo 1975 me construí estanques para regar la frondosa plantación. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Me hice estanques de aguas, para regar de ellos el bosque donde los árboles crecían. |
Después me dirigí hacia la puerta de la Fuente y el estanque del Rey, pero no hallé por dónde pasar con mi cabalgadura.
y por favor ordena a tu guardabosques Asaf que me dé madera para reparar las puertas de la ciudadela del templo, la muralla de la ciudad y la casa donde he de vivir. El rey accedió a mi petición, porque Dios estaba actuando a mi favor.
Salún hijo de Coljozé, gobernador del distrito de Mizpa, reconstruyó la puerta de la Fuente, la techó y la colocó en su lugar con sus cerrojos y barras. Reconstruyó también el muro del estanque de Siloé, que está junto al jardín del rey, hasta las gradas que llevan a la Ciudad de David.
Nehemías hijo de Azbuc, gobernador de una mitad del distrito de Betsur, reconstruyó el siguiente tramo hasta el lugar que está frente a los sepulcros de David, hasta el estanque artificial y hasta el cuartel de la guardia real.
Es como el árbol plantado a la orilla de un río que, cuando llega su tiempo, da fruto y sus hojas jamás se marchitan. ¡Todo cuanto hace prospera!
Tu cuello parece torre de marfil. Tus ojos son los manantiales de Hesbón, junto a la entrada de Bat Rabín. Tu nariz se asemeja a la torre del Líbano, que mira hacia Damasco.
Será como un árbol plantado junto al agua, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme que llegue el calor, y sus hojas están siempre verdes. En época de sequía no se angustia, y nunca deja de dar fruto».