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Daniel 3:11 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

También ha ordenado que todo el que no se incline ante la estatua ni la adore sea arrojado a un horno en llamas.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

y el que no se postre y adore, sea echado dentro de un horno de fuego ardiendo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Ese decreto también establece que quienes se rehúsen a obedecer serán arrojados dentro de un horno ardiente.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

También dijiste que cualquiera que no se postrara en tierra ni la adorara, sería echado a un horno ardiente.

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La Biblia Textual 3a Edicion

y el que no se postre en adoración, sea arrojado dentro del horno de fuego abrasador.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

y que el que no se postre y no la adore será arrojado a un horno de fuego ardiente.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

y el que no se postrase y adorase, fuese echado dentro de un horno de fuego ardiendo.

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Lòt tradiksyon



Daniel 3:11
6 Referans Kwoze  

El rey ha emitido un decreto ordenando que todo el que oiga la música de trompetas, flautas, cítaras, liras, arpas, zampoñas y otros instrumentos musicales se incline ante la estatua de oro y la adore.


Pero hay algunos judíos, a quienes el rey ha puesto al frente de la provincia de Babilonia, que no acatan sus órdenes. No adoran a los dioses del rey ni a la estatua de oro que mandó erigir. Se trata de Sadrac, Mesac y Abednego.


Todo el que no se incline ante ella ni la adore será arrojado de inmediato a un horno en llamas».


Ellos respondieron: —¡Pues Daniel, que es uno de los exiliados de Judá, no tiene en cuenta al rey ni el decreto que ha promulgado! ¡Todavía sigue orando a su Dios tres veces al día!


Nosotros los administradores reales, junto con los prefectos, sátrapas, consejeros y gobernadores, convenimos en que el rey debería emitir y confirmar un decreto que exija que, durante los próximos treinta días, sea arrojado al foso de los leones todo el que adore a cualquier dios u hombre que no sea el rey.


«Encontramos la cárcel cerrada, con todas las medidas de seguridad, y a los guardias firmes a las puertas; pero, cuando abrimos, no encontramos a nadie dentro».