Vestida de finos bordados es conducida ante el rey, seguida por sus damas de compañía.
Cantares 8:13 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Tú, que reinas en los jardines, pendientes de tu voz están nuestros amigos; ¡déjanos escucharla! Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Oh, tú que habitas en los huertos, Los compañeros escuchan tu voz; Házmela oír. Biblia Nueva Traducción Viviente Amada mía, tú que te entretienes en los jardines, tus compañeros tienen la dicha de oír tu voz. ¡Déjame oírla también! Biblia Católica (Latinoamericana) ¡Oh tú que habitas en los huertos!,
tus compañeros prestan oído a tu voz,
haz que yo también la pueda oír. La Biblia Textual 3a Edicion Ella ¡Oh, tú que habitas en los huertos, Los compañeros anhelan oír tu voz! ¡Házmela oír! Biblia Serafín de Ausejo 1975 ¡Oh tú, la que tienes tu morada en los jardines! Los amigos escuchan. ¡Hace sentir tu voz! Biblia Reina Valera Gómez (2023) Oh, tú la que moras en los huertos, los compañeros escuchan tu voz; házmela oír. |
Vestida de finos bordados es conducida ante el rey, seguida por sus damas de compañía.
Cuéntame, amor de mi vida, ¿dónde apacientas tus rebaños?, ¿dónde a la hora de la siesta los haces reposar? ¿Por qué he de andar vagando entre los rebaños de tus amigos?
¡Viento del norte, despierta! ¡Viento del sur, ven acá! Soplad en mi jardín; ¡esparcid vuestra fragancia! Que venga mi amado a su jardín y pruebe sus frutos exquisitos.
Descendí al huerto de los nogales para admirar los nuevos brotes en el valle, para admirar los retoños de las vides y los granados en flor.
Mi amado ha bajado a su jardín, a los lechos de bálsamo, para retozar en los jardines y recoger azucenas.
¡Quédate, Salomón, con las mil monedas, y vosotros, aparceros, con doscientas, pero mi viña solo a mí me pertenece!
Porque donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos».
enseñándoles a obedecer todo lo que os he mandado. Y os aseguro que estaré con vosotros siempre, hasta el fin del mundo.
Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis, y se os concederá.
Hasta ahora no habéis pedido nada en mi nombre. Pedid y recibiréis, para que vuestra alegría sea completa.
―Está bien, puedes ir —le respondió él. Y le permitió irse por dos meses. Ella y sus amigas se fueron a las montañas, y lloró porque nunca se casaría.
Cuando los filisteos lo vieron, le dieron treinta compañeros para que estuvieran con él.