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Cantares 8:10 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

Una muralla soy yo, y mis pechos, sus dos torres. Por eso a los ojos de mi amado soy como quien ha hallado la paz.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Yo soy muro, y mis pechos como torres, Desde que fui en sus ojos como la que halla paz.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Yo era virgen como un muro, ahora mis pechos son como torres. Cuando mi amante me mira se deleita con lo que ve.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Yo soy una muralla, mis pechos son como torres. Soy a sus ojos como quien ha hallado la paz.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Ella Yo soy muro, Y mis pechos son torreones, Y ahora soy ante sus ojos° Como la mensajera de paz.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Yo soy una muralla, y mis pechos como torres. Y así fui yo a sus ojos, como quien halla la paz.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Yo soy muro, y mis pechos como torres, desde que fui en sus ojos como la que halla paz.

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Lòt tradiksyon



Cantares 8:10
15 Referans Kwoze  

Pero Noé contaba con el favor del Señor.


Contarás con el favor de Dios y tendrás buena fama entre la gente.


Tu cuello se asemeja a la torre de David, construida con piedras labradas; de ella penden mil escudos, escudos de guerreros todos ellos.


Tus pechos parecen dos cervatillos, dos crías mellizas de gacela que pastan entre azucenas.


Salomón tenía una viña en Baal Jamón, que dejó al cuidado de aparceros. Cada uno entregaba, por sus frutos, mil monedas de plata.


»Los extranjeros reconstruirán tus muros, y sus reyes te servirán. Aunque en mi furor te castigué, por mi bondad tendré compasión de ti.


crece como planta silvestre! »”Tú te desarrollaste, y creciste y te hiciste mujer. Y se formaron tus senos, y te salió el vello, pero tú seguías completamente desnuda.


―No tengas miedo, María; Dios te ha concedido su favor —le dijo el ángel—.


para alabanza de su gloriosa gracia, que nos concedió en su Amado.


que Dios nos dio en abundancia con toda sabiduría y entendimiento.


Pero precisamente por eso Dios fue misericordioso conmigo, a fin de que en mí, el peor de los pecadores, pudiera Cristo Jesús mostrar su infinita bondad. Así llego a servir de ejemplo para los que, creyendo en él, recibirán la vida eterna.