Es una gacela amorosa, es una cervatilla encantadora. ¡Que sus pechos te satisfagan siempre! ¡Que su amor te cautive todo el tiempo!
Cantares 2:17 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Antes de que el día despunte y se desvanezcan las sombras, regresa a mí, amado mío. Corre como un venado, como un cervatillo por colinas escarpadas. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Hasta que apunte el día, y huyan las sombras, Vuélvete, amado mío; sé semejante al corzo, o como el cervatillo Sobre los montes de Beter. Biblia Nueva Traducción Viviente Antes de que soplen las brisas del amanecer y huyan las sombras de la noche, regresa a mí, amor mío, como una gacela o un venado joven sobre montes empinados. Biblia Católica (Latinoamericana) Antes que sople la brisa del día
y huyan las sombras,
amado mío, vuelve,
como la gacela o el cabrito,
por los montes de las balsameras. La Biblia Textual 3a Edicion Hasta que refresque el día Y declinen las sombras. ¡Vuelve, oh amado mío! Sé como el corzo o el cervatillo, Sobre las montañas de Béter.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Hasta que expire el día y las sombras se alarguen, vuelve, amado mío, igual que la gacela o como el cervatillo, por los montes de Béter. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Hasta que apunte el día, y huyan las sombras, vuélvete, amado mío; sé semejante al corzo, o al cervatillo, sobre las montañas de Beter. |
Es una gacela amorosa, es una cervatilla encantadora. ¡Que sus pechos te satisfagan siempre! ¡Que su amor te cautive todo el tiempo!
Yo os ruego, mujeres de Jerusalén, por las gacelas y cervatillas del bosque, que no desveléis ni molestéis a mi amada hasta que ella quiera despertar.
Antes de que el día despunte y se desvanezcan las sombras, subiré a la montaña de la mirra, a la colina del incienso.
¡Apresúrate, amado mío! ¡Corre como venado, como cervatillo, sobre los montes de bálsamo cubiertos!
gracias a la entrañable misericordia de nuestro Dios. Así nos visitará desde el cielo el sol naciente,
La noche está muy avanzada y ya se acerca el día. Por eso, dejemos a un lado las obras de la oscuridad y pongámonos la armadura de la luz.
La ley es solo una sombra de los bienes venideros, y no la presencia misma de estas realidades. Por eso nunca puede, mediante los mismos sacrificios que se ofrecen sin cesar año tras año, hacer perfectos a los que adoran.
Estos sacerdotes sirven en un santuario que es copia y sombra del que está en el cielo, tal como se le advirtió a Moisés cuando estaba a punto de construir el tabernáculo: «Asegúrate de hacerlo todo según el modelo que se te ha mostrado en la montaña».
Esto ha venido a confirmarnos la palabra de los profetas, a la cual vosotros hacéis bien en prestar atención, como a una lámpara que brilla en un lugar oscuro, hasta que despunte el día y salga el lucero de la mañana en sus corazones.