Cantares 1:6 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 No os fijéis en mi tez morena, ni en que el sol me bronceó la piel. Mis hermanos se enfadaron contra mí, y me obligaron a cuidar las viñas; ¡y mi propia viña descuidé! Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 No reparéis en que soy morena, Porque el sol me miró. Los hijos de mi madre se airaron contra mí; Me pusieron a guardar las viñas; Y mi viña, que era mía, no guardé. Biblia Nueva Traducción Viviente No me miren así por ser morena; el sol ha bronceado mi piel. Mis hermanos se enojaron conmigo; me obligaron a cuidar de sus viñedos, por eso no pude cuidarme a mí misma, mi propio viñedo. Biblia Católica (Latinoamericana) No se fijen en que estoy morena,
el sol fue el que me tostó.
Los hijos de mi madre, enojados contra mí,
me pusieron a cuidar las viñas.
Mi viña yo la había descuidado. La Biblia Textual 3a Edicion No reparéis en que soy muy morena, Porque el sol me ha mirado. Los hijos de mi madre se airaron contra mí, Me pusieron a guardar las viñas, Y mi viña, que era mía, no la guardé. Biblia Serafín de Ausejo 1975 No reparéis si estoy morena, pues el sol me ha bronceado. Mis hermanos se enfadaron conmigo: me pusieron a guardar viñas, y mi viña no he guardado. Biblia Reina Valera Gómez (2023) No se fijen en que soy morena, porque el sol me miró. Los hijos de mi madre se enojaron contra mí, me hicieron guarda de las viñas, y mi viña, que era mía, no guardé. |
Soy como un extraño para mis hermanos; soy un extranjero para los hijos de mi madre.
Aun tus hermanos, los de tu propia familia, te han traicionado y gritan contra ti. Por más que te digan cosas agradables, no confíes en ellos.
Por la herida de mi pueblo estoy herido; estoy de luto, el terror se apoderó de mí.
Pero ahora están más sucios que el hollín; en la calle nadie los reconoce. Su piel, reseca como la leña, se les pega a los huesos.
El hijo ultraja al padre, la hija se rebela contra la madre, la nuera contra la suegra, y los enemigos de cada cual están en su propia casa.
Por causa de mi nombre, todo el mundo os odiará, pero el que se mantenga firme hasta el fin será salvo.
Basta con que el discípulo sea como su maestro, y el siervo como su amo. Si al jefe de la casa lo han llamado Beelzebú, ¡cuánto más a los de su familia!
pero, cuando salió el sol, las plantas se marchitaron y, por no tener raíz, se secaron.
fortaleciendo a los discípulos y animándolos a perseverar en la fe. «Es necesario pasar por muchas dificultades para entrar en el reino de Dios», les decían.
Y así como en aquel tiempo el hijo nacido por decisión humana persiguió al hijo nacido por el Espíritu, así también sucede ahora.