Llegaron a Mara, lugar que se llama así porque sus aguas son amargas, y no pudieron apagar su sed allí.
Apocalipsis 8:11 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 La estrella se llama Amargura. Y la tercera parte de las aguas se volvió amarga, y por causa de esas aguas murió mucha gente. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y el nombre de la estrella es Ajenjo. Y la tercera parte de las aguas se convirtió en ajenjo; y muchos hombres murieron a causa de esas aguas, porque se hicieron amargas. Biblia Nueva Traducción Viviente El nombre de la estrella era Amargura. Hizo que la tercera parte de las aguas se volviera amarga, y mucha gente murió por beber de esa agua amarga. Biblia Católica (Latinoamericana) La estrella se llama Ajenjo: la tercera parte de las aguas se convirtió en ajenjo, y mucha gente murió a causa de las aguas que se habían vuelto amargas. La Biblia Textual 3a Edicion El nombre de la estrella es llamado: el Ajenjo; y la tercera parte de las aguas se convirtió en ajenjo, y muchos de los hombres murieron a causa de las aguas, porque se volvieron amargas. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El nombre de la estrella es 'Ajenjo'. La tercera parte de las aguas se convirtió en ajenjo y muchos hombres murieron a causa del agua, porque se había vuelto amarga. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y el nombre de la estrella se dice Ajenjo. Y la tercera parte de las aguas fue tornada en ajenjo; y muchos hombres murieron por las aguas, porque fueron hechas amargas. |
Llegaron a Mara, lugar que se llama así porque sus aguas son amargas, y no pudieron apagar su sed allí.
Pero al final resulta más amarga que la hiel y más cortante que una espada de dos filos.
Por tanto, así dice el Señor Todopoderoso contra los profetas: «Haré que coman alimentos amargos y que beban agua envenenada, porque los profetas de Jerusalén han llenado de corrupción todo el país».
Por eso, así dice el Señor Todopoderoso, el Dios de Israel: «A este pueblo le daré a comer ajenjo y a beber agua envenenada.
Recuerda que ando errante y afligido, que estoy saturado de hiel y amargura.
Vosotros convertís el derecho en amargura y echáis por tierra la justicia.
¿Acaso galopan los caballos por las rocas o se ara en estas con bueyes? Pero vosotros habéis convertido el derecho en veneno, y en amargura el fruto de la justicia.
Las dos terceras partes del país serán abatidas y perecerán; solo una tercera parte quedará con vida —afirma el Señor—.
Pero a esa parte restante la pasaré por el fuego; la refinaré como se refina la plata, la probaré como se prueba el oro. Entonces ellos me invocarán y yo les responderé. Yo diré: “Ellos son mi pueblo”, y ellos dirán: “El Señor es nuestro Dios”.
Aseguraos de que ningún hombre ni mujer, ni clan ni tribu entre vosotros, aparte hoy su corazón del Señor nuestro Dios para ir a adorar a los dioses de esas naciones. Tened cuidado de que ninguno de vosotros sea como una raíz venenosa y amarga.
Aseguraos de que nadie deje de alcanzar la gracia de Dios; de que ninguna raíz amarga brote y cause dificultades y corrompa a muchos;
Con la cola arrastró la tercera parte de las estrellas del cielo y las arrojó sobre la tierra. Cuando la mujer estaba a punto de dar a luz, el dragón se plantó delante de ella para devorar a su hijo tan pronto como naciera.
Tocó el primero su trompeta, y fueron arrojados sobre la tierra granizo y fuego mezclados con sangre. Y se quemó la tercera parte de la tierra, la tercera parte de los árboles y toda la hierba verde.
Así que los cuatro ángeles que habían sido preparados precisamente para esa hora, y ese día, mes y año, quedaron sueltos para matar a la tercera parte de la humanidad.
La tercera parte de la humanidad murió a causa de las tres plagas de fuego, humo y azufre que salían de la boca de los caballos.
―Ya no me llaméis Noemí —repuso ella—. Llamadme Mara, porque el Todopoderoso ha colmado mi vida de amargura.