Amós 5:22 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Aunque me traigáis holocaustos y ofrendas de cereal, no los aceptaré, ni prestaré atención a los sacrificios de comunión de novillos cebados. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y si me ofreciereis vuestros holocaustos y vuestras ofrendas, no los recibiré, ni miraré a las ofrendas de paz de vuestros animales engordados. Biblia Nueva Traducción Viviente No aceptaré sus ofrendas quemadas ni sus ofrendas de grano. Ni siquiera prestaré atención a sus ofrendas selectas de paz. Biblia Católica (Latinoamericana) Por más que me ofrezcan víctimas consumidas por el fuego, no me gustan sus ofrendas ni me llaman la atención sus sacrificios. La Biblia Textual 3a Edicion Por muchos holocaustos y ofrendas que me acerquéis, No los aceptaré ni miraré vuestros sacrificios pacíficos de víctimas cebadas. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Si me ofrecéis holocaustos no me complaceré en vuestros dones ni me fijaré en el sacrificio de vuestros novillos cebados. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Aunque me ofrezcáis holocaustos y vuestros presentes, no los aceptaré; ni miraré a las ofrendas de paz de vuestros animales engordados. |
A ti no te complacen sacrificios ni ofrendas, pero has abierto mis oídos para oírte; tú no has pedido holocaustos ni sacrificios por el pecado.
Quien me ofrece su gratitud, me honra; al que enmiende su conducta le mostraré mi salvación».
El Señor aborrece las ofrendas de los malvados, pero se complace en la oración de los justos.
El sacrificio de los malvados es detestable, y más aún cuando se ofrece con mala intención.
«¿De qué me sirven vuestros muchos sacrificios? —dice el Señor—. Harto estoy de holocaustos de carneros y de la grasa de animales engordados; la sangre de toros, corderos y cabras no me complace.
Pero los que sacrifican toros son como los que matan hombres; los que ofrecen corderos son como los que desnucan perros; los que presentan ofrendas de grano son como los que ofrecen sangre de cerdo, y los que queman ofrendas de incienso son como los que adoran ídolos. Ellos han escogido sus propios caminos, y se deleitan en sus abominaciones.
Así dice el Señor acerca de este pueblo: «Les encanta vagabundear; no refrenan sus pies. Por eso yo no los acepto, sino que voy a recordar sus iniquidades y a castigar sus pecados».
¿De qué me sirve este incienso que llega de Sabá, o la caña dulce de un país lejano? Vuestros holocaustos no me gustan; vuestros sacrificios no me agradan».
»Así dice el Señor Todopoderoso, el Dios de Israel: “¡Juntad vuestros holocaustos con vuestros sacrificios, y comeos la carne!
»Esta es la ley respecto al sacrificio de comunión que se ofrece al Señor:
Aleja de mí el bullicio de tus canciones; no quiero oír la música de tus cítaras.
»Ahora pues, tratad de apaciguar a Dios para que se apiade de nosotros. ¿Creéis que con esta clase de ofrendas os vais a ganar su favor? —dice el Señor Todopoderoso—.
Samuel respondió: «¿Qué le agrada más al Señor: que se le ofrezcan holocaustos y sacrificios, o que se obedezca lo que él dice? El obedecer vale más que el sacrificio, y el prestar atención, más que la grasa de carneros.