«¡Ay, Israel! Tus héroes yacen heridos en las alturas de tus montes. ¡Cómo han caído los valientes!
Abdías 1:5 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Si vinieran a ti ladrones o saqueadores nocturnos, ¿no robarían solo lo que les bastara? ¡Pero tú, cómo serás destruido! Si vinieran a ti vendimiadores, ¿no dejarían algunos racimos? Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Si ladrones vinieran a ti, o robadores de noche (¡cómo has sido destruido!), ¿no hurtarían lo que les bastase? Si entraran a ti vendimiadores, ¿no dejarían algún rebusco? Biblia Nueva Traducción Viviente «Si vinieran ladrones en la noche y te robaran, (¡qué desastre te espera!) no se llevarían todo. Los que cosechan uvas siempre dejan unas cuantas para los pobres. ¡Pero tus enemigos te aniquilarán por completo! Biblia Católica (Latinoamericana) Si vienen a ti los ladrones, los salteadores nocturnos, ¿cómo no te robarán lo que quieran? Si vienen a ti los vendimiadores, ¿te dejarán acaso más que algunos racimos? La Biblia Textual 3a Edicion Si vinieran contra ti saqueadores o ladrones nocturnos, ¿No te robarían mesuradamente?° Si vinieran a ti vendimiadores, ¿No dejarían rebuscos?° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Si vinieran contra ti ladrones o salteadores nocturnos, ¿no te robarían lo que necesitan? Si vinieran a ti vendimiadores, ¿no te dejarían el rebusco? Biblia Reina Valera Gómez (2023) Si ladrones vinieran a ti, o robadores de noche (¡cómo has sido destruido!), ¿no hurtarán lo que les bastase? Si entraran a ti vendimiadores, ¿no dejarían algún rebusco? |
«¡Ay, Israel! Tus héroes yacen heridos en las alturas de tus montes. ¡Cómo han caído los valientes!
¡Cómo has caído del cielo, lucero de la mañana! Tú, que sometías a las naciones, has caído por tierra.
Pero quedarán algunos rebuscos, como cuando se sacude el olivo y dos o tres aceitunas se quedan en las ramas más altas, y tal vez cuatro o cinco en todas las ramas del árbol». Lo afirma el Señor, el Dios de Israel.
Así sucederá en medio de la tierra y entre las naciones, como cuando a golpes se cosechan aceitunas, como cuando se recogen rebuscos después de la vendimia.
Si los vendimiadores llegaran a ti, ¿no te dejarían algunos racimos? Si de noche llegaran ladrones, ¿no se llevarían solo lo que pudieran?
¡Cómo ha sido quebrado y derribado el martillo de toda la tierra! ¡Babilonia ha quedado desolada en medio de las naciones!
Así dice el Señor Todopoderoso: «Buscad al remanente de Israel. Rebuscad, como en una viña; repasad los sarmientos, como lo hace el vendimiador».
¡Ay, cuán desolada se encuentra la que fue ciudad populosa! ¡Tiene apariencia de viuda la que fue grande entre las naciones! ¡Hoy es esclava de las provincias la que fue gran señora entre ellas!
Ciudad de Temán, tus guerreros se caerán de miedo, a fin de que todo hombre sea exterminado del monte de Esaú por la masacre.
¡Pobre de mí! No llegué a tiempo para la cosecha de verano ni para los rebuscos de la vendimia; no tengo un solo racimo que comer, ni un higo tierno, por el que me muero.
Esta es la ciudad alegre que habitaba segura, la que se decía a sí misma: «Yo y nadie más». ¡Cómo ha quedado convertida en espanto, en guarida de fieras! Todo el que pasa junto a ella se mofa y le hace gestos con las manos.
»Cuando coseches las uvas de tu viña, no repases las ramas; los racimos que queden, déjalos para el inmigrante, el huérfano y la viuda.
Aterrorizados al ver semejante castigo, se mantendrán a distancia y gritarán: «¡Ay! ¡Ay de ti, la gran ciudad, Babilonia, ciudad poderosa, porque en una sola hora ha llegado tu juicio!»