y ahora me ha calumniado ante mi señor el rey. Sin embargo, mi señor el rey es como un ángel de Dios y puedes hacer conmigo lo que mejor te parezca.
2 Samuel 9:13 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Tullido de ambos pies, Mefiboset vivía en Jerusalén, pues siempre se sentaba a la mesa del rey. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y moraba Mefi-boset en Jerusalén, porque comía siempre a la mesa del rey; y estaba lisiado de ambos pies. Biblia Nueva Traducción Viviente Y Mefiboset, quien estaba lisiado de ambos pies, vivía en Jerusalén y comía a la mesa del rey. Biblia Católica (Latinoamericana) pero Meribaal residía en Jerusalén donde todos los días comía a la mesa del rey. Era tullido de ambas piernas. La Biblia Textual 3a Edicion Pero Mefi-boset, que estaba tullido de ambos pies, moraba en Jerusalem, porque comía siempre a la mesa del rey. Biblia Serafín de Ausejo 1975 pero Meribaal residía en Jerusalén, pues comía siempre a la mesa del rey. Estaba tullido de ambos pies. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y moraba Mefiboset en Jerusalén, porque comía siempre a la mesa del rey; y era cojo de ambos pies. |
y ahora me ha calumniado ante mi señor el rey. Sin embargo, mi señor el rey es como un ángel de Dios y puedes hacer conmigo lo que mejor te parezca.
Por otra parte, Jonatán hijo de Saúl tenía un hijo de cinco años, llamado Mefiboset, que estaba tullido. Resulta que cuando de Jezrel llegó la noticia de la muerte de Saúl y Jonatán, su nodriza lo cargó para huir, pero, con la prisa, se le cayó y por eso quedó cojo.
Toda la familia de Siba estaba al servicio de Mefiboset, quien tenía un hijo pequeño llamado Micaías.
―¿No queda nadie de la familia de Saúl a quien yo pueda beneficiar en el nombre de Dios? —volvió a preguntar el rey. ―Sí. Todavía le queda a Jonatán un hijo que está tullido de ambos pies —le respondió Siba.
―No temas, pues en memoria de tu padre Jonatán he decidido beneficiarte. Voy a devolverte todas las tierras que pertenecían a tu abuelo Saúl, y de ahora en adelante te sentarás a mi mesa.
Joaquín dejó su ropa de prisionero, y por el resto de su vida comió a la mesa del rey.