Tan pronto como Jehú llegó a Samaria, exterminó a la familia de Acab, matando a todos los que quedaban allí, según la palabra que el Señor le había dado a conocer a Elías.
2 Reyes 9:8 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Toda la familia de Acab perecerá, pues de sus descendientes en Israel exterminaré hasta el último varón, esclavo o libre. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y perecerá toda la casa de Acab, y destruiré de Acab todo varón, así al siervo como al libre en Israel. Biblia Nueva Traducción Viviente Es preciso que toda la familia de Acab sea aniquilada. Destruiré a cada uno de sus descendientes varones, tanto esclavos como libres, en todo Israel. Biblia Católica (Latinoamericana) ¡Exterminaré a toda la casa de Ajab; eliminaré a todos los varones de la casa de Ajab, tanto al esclavo como al libre en Israel!' La Biblia Textual 3a Edicion Y desaparecerá toda la casa de Acab, pues extirparé de Acab todo meante a la pared, tanto al que está en servidumbre, como al que es libre en Israel. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Voy a hacer perecer a toda la familia de Ajab, y a extirpar de ella a todos los varones, esclavos o libres, en Israel. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y perecerá toda la casa de Acab, y cortaré de Acab a todo meante a la pared, así al siervo como al libre en Israel. |
Tan pronto como Jehú llegó a Samaria, exterminó a la familia de Acab, matando a todos los que quedaban allí, según la palabra que el Señor le había dado a conocer a Elías.
Porque el Señor había visto que todos los habitantes de Israel, esclavos o libres, sufrían amargamente, y que no había nadie que los ayudara.
»Es verdad, Señor, que los reyes asirios han asolado todas estas naciones y sus tierras.
Extenderé sobre Jerusalén el mismo cordel con que medí a Samaria y la misma plomada con que señalé a la familia de Acab. Voy a tratar a Jerusalén como se hace con un plato que se restriega y se pone boca abajo.
»El Señor defenderá a su pueblo cuando lo vea sin fuerzas; tendrá compasión de sus siervos cuando ya no haya ni esclavos ni libres.
¡Que Dios me castigue sin piedad si antes del amanecer no acabo con todos sus hombres!»