Al entrar Jehú por la puerta de la ciudad, ella le preguntó: ―¿Cómo estás, Zimri, asesino de tu señor?
2 Reyes 9:32 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Levantando la vista hacia la ventana, Jehú gritó: ―¿Quién está de mi parte? ¿Quién? Entonces se asomaron dos o tres oficiales, Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Alzando él entonces su rostro hacia la ventana, dijo: ¿Quién está conmigo? ¿quién? Y se inclinaron hacia él dos o tres eunucos. Biblia Nueva Traducción Viviente Jehú levantó la vista, la vio en la ventana y gritó: «¿Quién está de mi lado?». Entonces dos o tres eunucos se asomaron a verlo. Biblia Católica (Latinoamericana) El levantó la vista hacia la ventana y exclamó: '¿Quién está conmigo?' Inmediatamente se inclinaron dos o tres sirvientes. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces él alzó su rostro hacia la ventana, y dijo: ¿Quién está conmigo? ¿Quién?° Y dos o tres eunucos se asomaron desde arriba. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Levantó él los ojos hacia la ventana y gritó: '¿Quién está conmigo? ¿Quién?'. Se asomaron a mirar dos o tres eunucos Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces él alzó su rostro hacia la ventana y dijo: ¿Quién está conmigo? ¿Quién? Y miraron hacia él dos o tres eunucos. |
Al entrar Jehú por la puerta de la ciudad, ella le preguntó: ―¿Cómo estás, Zimri, asesino de tu señor?
y Jehú les ordenó: ―¡Arrojadla de ahí! Así lo hicieron, y su sangre salpicó la pared y a los caballos que la pisotearon.
Destruirás a la familia de Acab, tu señor, y así me vengaré de la sangre de mis siervos los profetas; castigando a Jezabel, vengaré la sangre de todos mis siervos.
Y el Espíritu vino sobre Amasay, jefe de los treinta, y este exclamó: «¡Somos tuyos, David! ¡Estamos contigo, hijo de Isaí! ¡Tres veces deseamos la paz a ti y a quien te brinde su ayuda! ¡Y quien te ayuda es tu Dios!» David los recibió y los puso entre los jefes de la tropa.
y las armó a todas con escudos y lanzas. Así fortificó completamente todas las ciudades y quedó en posesión de Judá y de Benjamín.
Al séptimo día, como a causa del vino el rey Asuero estaba muy alegre, les ordenó a los siete eunucos que le servían —Meumán, Biztá, Jarboná, Bigtá, Abagtá, Zetar y Carcás—
Cuando a Ester, la joven que Mardoqueo había adoptado y que era hija de su tío Abijaíl, le llegó el turno de presentarse ante el rey, ella no pidió nada fuera de lo sugerido por Jegay, el eunuco encargado del harén del rey. Para entonces, ella se había ganado la simpatía de todo el que la veía.
En aquellos días, mientras Mardoqueo seguía sentado a la puerta del rey, Bigtán y Teres, los dos eunucos del rey, miembros de la guardia, se enojaron y tramaron el asesinato del rey Asuero.
El Señor está conmigo, y no tengo miedo; ¿qué me puede hacer un simple mortal?
¿Quién se levantó a defenderme de los impíos? ¿Quién se puso de mi parte contra los malhechores?
se puso a la entrada del campamento y dijo: «Todo el que esté de parte del Señor, que se ponga a mi lado». Y se le unieron todos los levitas.
Herodes estaba furioso con los de Tiro y de Sidón, pero ellos se pusieron de acuerdo y se presentaron ante él. Habiéndose ganado el favor de Blasto, mayordomo del rey, pidieron paz, porque su región dependía del país del rey para obtener sus provisiones.